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Descifrando el código del CO2: La captura de dióxido de carbono, una innovación vital para un futuro sostenible

​​Desde una edad temprana, Jazmín Salazar ha estado imbuida de una conexión innegable con la naturaleza. Durante las vacaciones familiares en una casa de campo, el contacto con procesos agrícolas sembró las semillas de su pasión por el medio ambiente. 

«Siempre crecí con la idea de cuidar el ambiente, siempre me interesó todo lo que engloba al cambio climático y sus orígenes, y fue desde ahí cuando empecé a concientizarme de esta problemática», explica Jazmín.

Con el tiempo, ese interés evolucionó hacia un compromiso activo. Hoy, Jazmín Salazar lidera Oxtron, una empresa que busca no solo reducir, sino capturar activamente el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Su enfoque innovador, combinando software para medir emisiones y hardware para capturar CO2, la ha llevado a ser reconocida como una de los ganadores de Innovadores Menores de 35 Latinoamérica 2023 por la MIT Technology Review en español.

Jazmín no está sola en su empeño. A nivel global, se están llevando a cabo notables avances en la captura de CO2 como parte esencial de las estrategias contra el cambio climático. Datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA) indican la operación exitosa de 27 plantas de Captura y Almacenamiento de Carbono (CAC), capturando alrededor de 0.01 millones de toneladas de CO2 anualmente. Además, hay planes en marcha para al menos 130 instalaciones adicionales.

Estos resultados destacan la creciente importancia de la captura de CO2 como un componente esencial en la estrategia global para abordar de manera efectiva los desafíos asociados al cambio climático. 

No obstante, es imperativo reconocer que, a pesar de estos avances, los esfuerzos actuales aún no son suficientes para abordar plenamente la magnitud del problema, enfatizando la necesidad de una mayor innovación y colaboración a nivel mundial, según señala esta misma agencia. 

 

Tic, tac, el tiempo corre

 

En las últimas semanas, se ha emitido un sombrío recordatorio de la crisis climática sin precedentes que se cierne sobre nuestro planeta. Un estudio documentó los eventos climáticos extremos de 2023, que incluyen olas de calor sin precedentes, temperaturas oceánicas anómalas y niveles récord de deshielo en la Antártida, y los identifica como señales de alerta que evidencian que la actividad humana está desestabilizando los sistemas planetarios, y que el impacto podría ser devastador.

Es necesario que la temperatura del planeta no siga subiendo de manera tan acelerada, y mantener este aumento por debajo de los 1.5 grados Celsius y así prevenir los peores impactos del cambio climático. En este sentido, reducir las emisiones de carbono, aseguran los científicos, ya no es suficiente. Sino que debemos eliminar el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. 

La necesidad de esta estrategia se deriva en parte de la insuficiente reducción de emisiones durante la última década, y a medida que se intensifican los esfuerzos para reducir las emisiones, se hace evidente que tendremos que eliminar miles de toneladas de CO2 de la atmósfera para el año 2050. 

Actualmente, se ha alcanzado un consenso científico de que debemos aumentar la capacidad para eliminar el CO2 atmosférico mediante medios tecnológicos y basados en la naturaleza, según explica el World Resources Institute (WRI). 

La captura de CO2 de la atmósfera se destaca como una de las estrategias más eficientes en la lucha contra el cambio climático. En esencia, implica tomar este gas directamente de la atmósfera y evitar que contribuya al efecto invernadero. 

 

Retiro de CO2 de la atmósfera, el camino más viable

 

Durante dos décadas, Klaus Lackner ha sido pionero en la lucha contra el cambio climático a través de abogar por la extracción de dióxido de carbono de la atmósfera. 

Es director del Centro para Emisiones Negativas de Carbono de la Universidad Estatal de Arizona, y desarrolló un dispositivo mientras estaba en la Universidad de Columbia que seguía el modelo de un árbol, absorbiendo el dióxido de carbono que pasaba a través de él en forma de viento y liberándolo en una corriente de agua. Esto debido ya que según él, si bien el desarrollo de energías renovables es esencial para frenar el calentamiento global, estas fuentes alternativas se están implementando con demasiada lentitud, por lo que la captura de este gas es fundamental si queremos ‘pagar’ nuestra deuda de carbono. 

“Hemos acumulado una enorme deuda con nuestra tarjeta de crédito de carbono y tenemos que pagarla”, asegura.

Este enfoque es especialmente eficiente porque aborda el problema en su fuente, ya sea capturándolo directamente de la fuente, como hace la tecnología desarrollada por Jazmín y las plantas situadas alrededor de plantas industriales que menciona la Agencia Internacional de Energía, o retirándolo directamente de la atmósfera a través, por ejemplo, de la plantación de árboles. 

En lugar de limitarse a reducir emisiones futuras, como hacen muchas estrategias, la captura de CO2 aborda el exceso acumulado en la atmósfera. Esta acción directa es crucial para limitar el calentamiento global y sus consecuencias.

 

¿Cómo retirar CO2 de la atmósfera? 

 

Existen varias técnicas para el retiro de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, cada una con sus propias características y aplicaciones. 

Por ejemplo, se puede retirar este gas simplemente a través de plantar árboles, lo cual es una técnica natural de secuestro de carbono, ya que los árboles absorben CO2 durante la fotosíntesis y almacenan carbono en su biomasa. Esta técnica es efectiva y beneficia a la biodiversidad, pero su capacidad de absorción es limitada y depende de factores como el tipo de árbol, el suelo y el clima.

Sin embargo, la tecnología y la innovación pueden resultar muy beneficiosas para lograr la captura de carbono, y tienen un papel fundamental al permitir el desarrollo de técnicas para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera, tales como la captura directa de aire (DAC). 

Esta es una técnica que utiliza reacciones químicas y energía para capturar el CO2 ambiental y concentrarlo para su almacenamiento o uso. También está la técnica de la que se habló anteriormente, la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la cual principalmente permite la captura de emisiones industriales y procesos de generación de energía, como plantas de energía, fábricas y refinerías.

Un desafío que plantea una acción urgente

 

También es posible retirar el carbono del agua del mar, capturarlo a través de la biomasa antes de que se expulse al aire o gestionar las tierras de granjas para que estas capturen CO2, lo cual resulta benéfico para la agricultura.

De acuerdo con el World Resources Institute, cada una de las técnicas plantea promesas y desafíos, pero lo que sí es seguro, es que si queremos evitar «niveles peligrosos de calentamiento global», debemos capturar y almacenar el carbono que ya está en el aire como parte de nuestra estrategia para combatir el cambio climático.

El calentamiento global es un desafío monumental que requiere una acción urgente. La humanidad se enfrenta a un futuro incierto, pero también tiene la oportunidad de marcar una diferencia profunda en la vida en la Tierra. La captura de CO2 de la atmósfera es una necesidad apremiante, y la innovación tecnológica es esencial para alcanzar nuestros objetivos climáticos. Este es nuestro momento para crear un legado de cambio que perdurará a lo largo del tiempo.

 

 

 

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