El transporte representa casi 25% de las emisiones de carbono que se realizan a nivel global, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, y en consecuencia, es una de las fuentes más importantes de generación de gases de efecto invernadero en el mundo.
Y el pronóstico de crecimiento de esta industria solo hace pensar que las emisiones van a crecer cada vez más. Según el informe «Energy Technology Perspectives», de esta agencia, la demanda de transporte crecerá en todo el mundo en las próximas décadas a medida que aumente la población mundial, aumenten los ingresos y más personas puedan pagar automóviles, trenes y vuelos.
Las cifras lo dicen todo: se espera que el transporte global se duplique, que las tasas de propiedad de autos crezcan un 60% y que la demanda de aviación de pasajeros y carga se triplique para 2070. Todo esto con el aumento enorme en las emisiones de carbono que ya se emiten hoy.
La solución: ‘descarbonizar’ el transporte
La realidad exige que el transporte se vuelva cada vez más ecológico y genere menos emisiones de carbono. ¿Cuál sería la solución para lograrlo? Especialistas y estudios coinciden en que las innovaciones tecnológicas alrededor del transporte son la clave.
«Las principales innovaciones tecnológicas pueden ayudar a compensar este aumento de la demanda. A medida que el mundo cambia hacia fuentes de electricidad con menos carbono, el auge de los vehículos eléctricos ofrece una opción viable para reducir las emisiones de los vehículos de pasajeros», señala un documento de la Oxford University.
De acuerdo con estudios, la perspectiva es que con la electrificación del transporte y la utilización de hidrógeno como combustible, algunos sectores del transporte se puedan descarbonizar dentro de algunas décadas.
De esta manera, el desarrollo de tecnología es una de las vías para disminuir las emisiones de carbono que genera esta industria.
Sin embargo, no todo está puesto en la electrificación y la utilización de hidrógeno como combustible. La innovación en transporte va mucho más allá.
Las aplicaciones tecnológicas pueden ir desde el desarrollo de aplicaciones de estacionamiento que reducen la necesidad de conducir buscando lugares y apps de carga que les dicen a los conductores de vehículos eléctricos dónde pueden cargar, hasta la investigación de sustitutos de combustibles fósiles, sostiene un documento del Foro Económico Mundial.
El desarrollo de tecnología en este rubro podría evitar que las ciudades vivan «futuras calamidades», según asegura esta organización.
Ejemplos de innovación en transporte alrededor del mundo
A lo largo del globo hay mucha innovación en transporte desarrollándose, con el objetivo de hacer más eficientes los viajes y con ello reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, EVmatch es una startup estadounidense que creó una plataforma de acceso a una red distribuida de sistema de carga para vehículos eléctricos, lo que permite que las personas alquilen sus propias estaciones de carga durante sus horas libres, lo que permite utilizar de manera más eficiente los cargadores de baterías de los autos.
La startup australiana Bridj creó una aplicación para reservar un viaje en autobús y evitar que más personas utilicen su auto personal para ir de su casa al trabajo. Su misión es, a través de la innovación, crear comunidades más habitables y un futuro más limpio, asequible e inclusivo para todos.
Innovación en transporte: El tren ultra rápido de Elon Musk
Hay otras innovaciones a gran escala como el Hyperloop, un modo de transporte de pasajeros o carga propuesto por las empresas de Elon Musk, Tesla y SpaceX. Este consiste en un sistema de tubos al vacío que permiten viajar sin la resistencia del aire y que reducen los tiempos de traslado de manera dramática.
Musk propuso este concepto en 2013, y actualmente, esta tecnología, llamada de «levitación magnética»,se encuentra en desarrollo.
Al alcanzar más de mil kilómetros por hora, los pasajeros podrían viajar de Los Ángeles a San Francisco en tan solo 45 minutos. Hoy el tiempo estimado en tierra para recorrer los 614 kilómetros que separan a ambas ciudades, es de cinco horas 45 minutos.
Ya sea a gran escala o a la escala que sea, la tecnología tiene la clave para que los seres humanos disminuyamos nuestra huella de carbono al movernos de un lado a otro. Y para desarrollarla, se necesitan innovadores dispuestos a tomar el reto de crear soluciones tecnológicas orientadas a disminuir las emisiones de dióxido de carbono y con ello, apostar por un futuro de ‘cero’ emisiones.
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