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Kavak: Así nació el primer ‘unicornio’ mexicano

La historia de éxito de Kavak comenzó en octubre de 2014, un día, a las tres de la mañana: Kavak había vendido su primer auto, un Jetta de ese mismo año, a través de su sitio de internet, mientras el cliente solo había sido guiado por el algoritmo de inteligencia artificial propio de la página. 

Los venezolanos Carlos García Ottati, Loreanne García Ottati y Roger Laughtlin, dormían esa madrugada, pero cuando se despertaron, entendieron que para Kavak las cosas ya “estaban empezando”, según contaban los fundadores para Expansión en 2018, cuando se convirtieron en la portada de la edición 18 de la revista como emprendedores del año. 

En ese momento, se dieron cuenta de que un auto podía dejar de ser meramente aspiracional y que podría ser algo que una persona podría comprar de forma impulsiva, en pleno insomnio, a través de un dispositivo móvil y sin la ayuda de un humano, según Carlos García, uno de los fundadores, en una entrevista para El País. 

Así las cosas arrancaron y hoy, después de casi cinco años de funcionar, esta startup se ha convertido en la única startup mexicana que ha alcanzado una valoración mayor a los mil 150 millones dólares. Esto la convierte en el primer ‘unicornio’ mexicano, es decir, en la primera empresa privada valuada en más de un millón de dólares, un fenómeno que se ha convertido muy esperado para el mundo de los negocios de todo el mundo. 

 

Comprar seminuevos, un problema del mercado de autos 

 

Apenas un mes antes los emprendedores habían comprado el primer lote de autos, el cual consistía en solo tres vehículos. Estaban empezando y eran ellos los que realizaban todo el proceso, desde comprarlos hasta lavarlos y revisar que toda la compra fuera “increíble” para el cliente, porque esto, ellos sabían, se necesitaba en el mercado. 

Uno de sus fundadores sabía que existía la necesidad de profesionalizar el mercado de compraventa de seminuevos, porque él mismo había sido víctima de una mala experiencia. 

Carlos, cuando salió de Colombia en donde vivía por trabajo, no pudo vender su auto, así que se lo encargó a un amigo, el cual tardó seis meses en venderlo. Pero la mala experiencia de tener que esperar por su dinero y de cargar con los gastos que implicaba tener el coche no acabó ahí, sino que en México se compró uno usado que al principio parecía hacerle feliz pero que luego le trajo gastos por adeudos que no había contemplado.

De ahí surgió la idea de una startup que comprara coches, los arreglara y los vendiera en una plataforma digital administrada a través de un algoritmo de inteligencia artificial. 

En 2016, el año en el que empezó a funcionar, García convenció a un grupo de inversionistas privados de que aportaran tres millones de dólares para empezar a operar. 

 

‘Unicornios’ en América Latina 

 

Los ‘unicornios’ son un anhelo en el mundo de los negocios y en América Latina, son escasos. 

En la región, las pocas empresas valuadas en un millón de dólares –o más– predominan en Brasil y Argentina, y México, a pesar de ser una potencia económica regional, escaseaba de estas… hasta hace unos meses, cuando Kayak irrumpió como el primer ‘unicornio’ mexicano. 

De esta manera, hace unos meses esta startup abrió el sendero para que apenas tiempo después, Bitso y Clip, ambas startups también mexicanas, se unieran a esta lista de ‘unicornios mexicanos’ que apenas comienza pero que se está ensanchando de manera muy rápida, en medio de una pandemia que ha demostrado que la economía digital es el futuro, no solo de América Latina sino del mundo entero. 

Hasta el día de hoy, hay contabilizadas 20 empresas valuadas en un millón de dólares o más, según un ranking de Startupeable

 

Así consiguió el dinero este ‘unicornio’ mexicano

 

Héctor Sepúlveda, cofundador y managing partner del fondo de inversión Mountain Nazca, el cual inyectó el dinero para su inicio de operaciones, contaba para Expansión que fueron varios factores los que convencieron a los inversionistas para apostar por la startup. 

El primero, que el tamaño del mercado es muy considerable. Según sus propias cifras, en México, se comercializan al año entre cuatro y cinco millones de autos usados. Estos con un valor aproximado de 60 mil millones de dólares. 

El otro factor fue el perfil de los emprendedores. Carlos había liderado la unidad de marketplace de Lino México; Loreanne había sido estratega de Coca-Cola y Roger había liderado el área de ventas en Groupon Brasil. 

Juntos, con su expertise, eran un gran equipo. 

Sepúlveda aseguraba que había sido de lo mejor que habían visto, porque «traían una ejecución espectacular». 

El último factor fue su modelo de negocio, que aseguraba que la plataforma ganaba con cada transacción. De esta manera, este dio señas de ser completamente escalable y próspero hacia el futuro. 

Con estos puntos fuertes, durante estos cuatro años, la startup ha recaudado más de 400 millones de dólares en fondos, de la mano de SoftBank de Japón, DST Global de Hong Kong, Greenoaks Capital, con sede en Estados Unidos, Kaszek Ventures de Argentina y la global General Atlantic. 

Para este ‘unicornio’ mexicano, la crisis que ha traído la pandemia ocasionada por el coronavirus fue, de alguna manera, beneficiosa. El peligro que conlleva subirse a un transporte público debido al riesgo de un posible contagio ha hecho que las personas prefieran utilizar auto propio.

En el futuro, los planes de esta startup comprenden la expansión hacia otros países de América Latina. En 2020 inició operaciones en Argentina y de manera reciente, en Brasil.

 

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