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Qué es el upskilling y por qué las empresas necesitan capacitar a sus trabajadores ya

Qué es upskilling

Qué es upskilling

La automatización está poniendo en riesgo millones de empleos a nivel mundial, y las empresas que no se quieren quedar atrás necesitan capacitar a sus trabajadores para la Cuarta Revolución Industrial.

 

Ante el avance tecnológico, las empresas necesitan cambiar la manera en la que hacen las cosas.

Las habilidades con las que los trabajadores cuentan hoy no son para nada suficientes para realizar lo que las empresas necesitan que hagan.

Esto, aunado a la rapidez con la que la tecnología evoluciona, hace imperativo el que las empresas conozcan qué es upskilling y cómo puede ayudarles a enfrentar los retos de esta Cuarta Revolución Industrial, como le ha llamado el Foro Económico Mundial a la era del trabajo impactada directamente por la tecnología.

Pero, ¿qué es upskilling?

Según el diccionario Merriam-Webster, este consiste en proveer a alguien de habilidades más avanzadas que las adquiridas en la educación tradicional.

Y esto es algo que las empresas tienen que considerar si es que no quieren quedarse atrás.

Un estudio del Foro Económico Mundial en 2018 pone el foco en la necesidad de que las organizaciones, para estar “a la altura” del desafío que tienen frente a esta era, necesitan considerar a la inversión en capital humano como un activo más que como un pasivo, y en consecuencia, incluir a toda su fuerza laboral en esta capacitación para dotar a todos sus empleados de nuevas habilidades que les permitan hacer frente a los retos actuales. 

Este análisis muestra el ciclo virtuoso que se crea en relación a la tecnología y al upskilling:

 

“La adopción de nuevas tecnologías impulsa el crecimiento empresarial, la generación de nuevos puestos de trabajo y el aumento en los que ya existen, siempre que esta pueda aprovechar al máximo el talento de una fuerza laboral motivada y ágil y que tenga las habilidades necesarias para enfrentar el futuro y aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece el upskilling”, sostiene el informe.

 

El liderazgo y la colaboración será la clave

 

De acuerdo con un texto de Robert E. Moritz, director global de PwC en el blog del Foro Económico Mundial, las personas que están actualizadas, no solo se benefician a ellas mismas, sino que hacen una cadena: benefician a sus empresas, a la economía global y a la sociedad en su conjunto.

`Para ejemplificarlo, cifras de una encuesta global de CEOs realizada por dicha consultora:

38% de los líderes que estaban a la cabeza del upskilling de sus organizaciones estaba muy confiado en el crecimiento de sus ganancias. Y en general, aquellos que estaban liderando estos esfuerzos estaban más confiados en el futuro que aquellos que dejaron este proceso para el final.

No solo es la confianza, sino que los que ya lideraron este camino están viendo resultados. Entre estos, un aumento en la productividad de su fuerza de trabajo y en la innovación generada en el interior de sus organizaciones.

De esta manera, implementar el upskilling, a su vez, según los CEOs encuestados que ya tienen este proceso mucho más avanzado que el resto, mejora el compromiso de los trabajadores con sus organizaciones, el surgimiento de innovación y la habilidad de atraer y retener el talento dentro de sus organizaciones.

 

Upskilling: No solo se necesitan habilidades técnicas

 

El upskilling tiene no solo que ver con aprender habilidades técnicas, nuevas herramientas digitales o competencias, sino también está relacionada con las llamadas habilidades “suaves”. Estas últimas son cada vez más necesarias y son aquellas relacionadas con liderazgo, inteligencia emocional y resolución de problemas.

En conjunto, estas habilidades adquiridas fuera del aprendizaje formal son las que van a hacer la diferencia y las que le van a permitir a las empresas alcanzar sus objetivos y las que, a su vez, les permitirán a los trabajadores permanecer empleables frente a esta realidad cada vez más cambiante.

Y para que el upskilling se vuelva una práctica generalizada en las organizaciones, el liderazgo y la colaboración puede ser la clave.

 

“Las personas buscan líderes que les brinden un camino confiable hacia adelante. Los líderes deben comprender las necesidades de los empleados: a dónde quieren ir, qué los motiva y qué les permitirá. Deben aprender a liderar en tiempos, empoderar a las personas y crear una cultura de aprendizaje permanente en la que prospere el espíritu empresarial”, señala Moritz.

 

Sin embargo, el reto es enorme. La colaboración que se necesita no solo pasa por líderes colaborativos, sino también por gobiernos y organizaciones no gubernamentales. Es necesario que estas ayuden y trabajen de manera conjunta para que la fuerza laboral pueda estar plenamente preparada para lo que se viene.

Sobretodo en el contexto global que vivimos, en el que la pandemia por coronavirus ha empujado a que la transformación digital en las empresas avanzara en dos meses  lo que hubiera avanzado en cinco años, según datos de la consultora Mckinsey.

 

El upskilling y el papel de los gobiernos

 

De acuerdo con un estudio de la OCDE, los gobiernos deben “intensificar urgentemente” sus esfuerzos para mejorar sus políticas de educación y formación para ayudar a más personas a aprovechar la transformación digital y para reducir el riesgo que supone para ellos la automatización.

En este camino, hay países que tienen la delantera, como Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Noruega o Suecia; sin embargo, hay otros que claramente están quedándose atrás, como Chile, Grecia, Italia o Turquía, por ejemplo.

Hablando en concreto de México, a pesar de ser una de las economías principales de la región, tiene un rezago consistente. Y, según esta organización, enfrenta “retos importantes”.

En la mayoría de los indicadores de desarrollo de habilidades, nuestro país se encuentra 20% abajo del promedio. Esto no solo a la hora de evaluar a los trabajadores mexicanos sino también a los que aún son estudiantes.

 

“En cuanto a la activación de habilidades y la inclusión del mercado laboral, México aún tiene mucho margen de mejora. Las tasas de participación en la fuerza laboral han aumentado recientemente, pero están muy por debajo del promedio de la OCDE y las mujeres tienen una de las tasas de participación más bajas de la OCDE”, resume el estudio.

 

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