El concepto «robot» nació en una obra de teatro de ciencia ficción checa en 1921, en la que una compañía construía humanos ‘artificiales’ con el objetivo de aligerar la carga de trabajo de sus trabajadores. Ahí se crearía un concepto, que como muchos otros, nacería en la ciencia ficción y se convertiría en realidad.
Hoy la robótica –junto con la inteligencia artificial– es una de las tecnologías que van a transformar al mundo en lo que se ha llamado la Cuarta Revolución Industrial, una era que está profundamente siendo transformada por tecnologías que transformarán la manera en la que vivimos, interactuamos y trabajamos.
Pero, ¿qué es la robótica?
«La robótica es la rama de la ingeniería y ciencias informáticas en las máquinas se construyen para realizar tareas programadas sin necesidad de intervención humana. Es una definición bastante amplia y cubre todo, desde un simple brazo mecánico que ensambla automóviles, hasta algo de ciencia ficción como Wall-E o el próximo robot doméstico Astro ‘Alexa sobre ruedas’ de Amazon.», explica el portal AI Business, en un texto al respecto.
¿Y los robots? La NASA lo explica de manera muy sencilla:
«Los robots son máquinas que se pueden utilizar para realizar trabajos. Algunos robots pueden hacer el trabajo por sí mismos. Otros robots siempre deben tener una persona que les diga qué hacer», explica un texto de la NASA.
Robótica e inteligencia artificial: cada vez más cerca
Los avances en inteligencia artificial, sostiene un texto del Foro Económico Mundial (WEF), están dando lugar a la aparición de una nueva clase de robot que va más allá de los robots tradicionales que ejecutan movimientos preprogramados. Hoy, estos nuevos robots pueden ver, aprender, pensar y reaccionar ante su entorno.
Apenas hace unos meses, unos investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) incorporaron interacciones sociales al enseñar a algunos robots a aprender comportamientos sociales por sí mismos, lo cual podría ayudar a crear un entorno más solidario. Esto sobre todo entre robots que trabajan en áreas como la de la salud y atención social.
En un entorno simulado, un robot observa a su compañero, adivina qué tarea quiere realizar y luego ayuda u obstaculiza a ese otro en función de sus propios objetivos, señala un texto sobre este trabajo.
“Los robots vivirán en nuestro mundo lo suficientemente pronto, y realmente necesitan aprender a comunicarse con nosotros en términos humanos. Necesitan entender cuándo es el momento de ayudar y cuándo es el momento de ver qué pueden hacer para evitar que suceda algo. Este es un trabajo muy temprano y apenas estamos arañando la superficie, pero siento que este es el primer intento muy serio para comprender lo que significa que los humanos y las máquinas interactúen socialmente”, dice Boris Katz, científico investigador principal del proyecto.
A pesar de esto, ambas son disciplinas muy distintas. Mientras que la inteligencia artificial se encarga de enseñarle a las máquinas a pensar y a emular el funcionamiento del razonamiento humano, la robótica los entrena para tareas muy específicas, que son repetitivas, predecibles y que no necesitan que los robots generen ningún «pensamiento» más allá de la tarea que han de cumplir, explica el texto de AI Business.
Un caso real de uso: KettyBot
KettyBot es un innovador robot de entrega y recepción. Este bot versátil está equipado con una pantalla de anuncios, además de funciones para dar la bienvenida y guiar a los clientes.
Optimizado para tareas simples y repetitivas, KettyBot atiende a los huéspedes de una manera que le quita tareas simples a los trabajadores humanos.
En el caso de un restaurante, KettyBot se puede implementar para recibir a los invitados, llevarlos a una mesa y entregar comida.
Los mapas y las rutas que debe seguir KettyBot se pueden crear en tiempo real, directamente en el robot, y el bot utiliza interacciones de voz de inteligencia artificial para comunicarse de forma natural.
Por supuesto, este es solo un caso. La NASA, por ejemplo, utiliza robots de formas muy distintas.
Los brazos robóticos de las naves espaciales –que son robots– pueden mover objetos en el espacio. Los aviones robóticos pueden volar sin un piloto a bordo. Las naves espaciales robóticas (como las sondas que se envían al espacio y a distintos planetas) pueden explorar otros mundos.
Los robots pueden ayudarnos de muchas maneras, y con los avances de la inteligencia artificial, están pasando de ser simples máquinas programadas para realizar un trabajo repetitivo a robots capaces de pensar y aprender sobre su entorno.
Hoy, ya hay robots que automatizan el reciclaje, ayudan a las enfermeras de primera línea o gestionan granjas y recogen cosechas.
«El futuro de los robots ya ha comenzado», sostiene un texto del WEF.
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