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¡No las descartes! Y descubre el poder oculto de las malas ideas 

En 1968, el químico Spencer Silver estaba trabajando en 3M en un proyecto para crear un adhesivo muy efectivo. Sin embargo, en lugar de obtener el pegamento fuerte que buscaba, Silver terminó creando uno que era débil y se podía despegar fácilmente sin dejar residuos. Durante varios años, esta idea parecía inútil, hasta que años después otro trabajador le encontró utilidad. ¿Conoces los post-its, esas hojitas que se usan para pegar y despegar notas y que se han convertido en un elemento infaltable en cualquier oficina? Pues nacieron de esta ‘mala idea’. 

Así como Spencer Silver dio origen a los Post-it con una ‘mala idea’, otro ejemplo notable proviene de la década de 1930 y la creatividad de Cleo McVicker, un empleado estadounidense inmerso en la lucha contra las dificultades financieras de la empresa de limpiadores de pared en la que trabajaba. 

McVicker emprendió una iniciativa para diversificar la línea de productos, y en este camino, ideó una pasta a base de harina, agua y otros ingredientes, que para nada limpiaba paredes como era el propósito original, pero que sí era moldeable y servía para que los niños jugaran y crearan sus propias obras de arte. Así es como Play Doh nació de otra ‘mala idea’.

A lo largo de la historia humana, la lista de ‘malas ideas’ que han derivado en inventos y proyectos geniales no termina.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo grandes mentes han demostrado que las malas ideas pueden ser el punto de partida para grandes invenciones, y estos casos nos recuerdan que la generación de buenas ideas que desemboquen en innovaciones tan buenas que hoy son recordadas por la historia rara vez sigue un camino recto y predecible.

Las ideas disruptivas, las que cambian el mundo, a menudo enfrentan resistencia inicial, desafíos y, en algunos casos, el estigma de ser consideradas ‘malas ideas’. Sin embargo, lo que distingue a los visionarios es su capacidad para ver más allá de la primera impresión y trabajar diligentemente en pulir esas ideas aparentemente defectuosas.

Es en la perseverancia y el compromiso con el proceso creativo donde reside la clave para transformar las malas ideas en innovaciones extraordinarias, pero también en las herramientas que se utilizan para llegar a un buen resultado. Es el conjunto de estas variables lo que propulsa esta transformación. 

El proceso creativo es inherentemente experimental. Se trata de probar, aprender y ajustar. La clave es no descartar prematuramente una idea solo porque no encaja con las expectativas convencionales.

Detrás de cada innovación hay un proceso de evolución, un viaje desde la concepción inicial hasta la realización. Las malas ideas son a menudo la primera etapa de este viaje. Son el terreno fértil donde se siembra la creatividad, y cultivarlas requiere una mente abierta y valentía para desafiar lo establecido.

Estos visionarios, sin siquiera darse cuenta, parecen haber conocido el ‘secreto’ de la creatividad según la ciencia: la persistencia. Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, reveló que las personas no valoran la persistencia a la hora de hablar de un proceso creativo, y ni siquiera se dan cuenta de lo valioso que es persistir, por lo que no aprovechan esta cualidad en sus vidas diarias.

Así que a partir de estas evidencias, es completamente lógico que el camino hacia la innovación esté pavimentado con malas ideas que, mediante la dedicación y el trabajo arduo, –esa persistencia que en el día a día dejamos de lado– puedan transformarse en genialidades. 

Seguro has tenido más de una ‘mala idea’, y en iLab, queremos que te atrevas a ir más allá y las conviertas en algo remarcable. Nosotros te ayudamos a hacerlo con “Ten malas ideas”, una herramienta para usar durante las sesiones creativas de quienes buscan diseñar productos y servicios, imaginar una estrategia, redefinir un proceso, conectar con nuevos usuarios o, simplemente, destrabar su imaginación. Da clic en esta liga para conocer más información: www.tenmalasideas.com

 

*iLab es una consultora que ha estado transformando vidas desde 2014 a través del conocimiento orientado a la creación de negocios e innovación. Nos destacamos por nuestra dedicación a desencadenar un efecto positivo en las personas y las comunidades, ayudándolas a convertirse en agentes de cambio y creadores de economía con sentido social. 

 

 

 

 

 

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