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¿Quieres validar tu idea de negocio en poco tiempo? Prueba con Sprint, la metodología de Google

Validar tu idea de negocio

Validar tu idea de negocio

Sprint te permite crear, diseñar y probar en tan solo cinco días. Te contamos cómo surgió y cómo funciona

 

Si ya lo has intentado, sabes que el proceso de validar tu idea de negocio está lleno de juntas que parecen interminables y de cadenas de correos electrónicos kilométricas que te hacen sentir que nunca vas a poder entregarle a tu cliente ese producto o servicio nuevo que tienes en mente.

Si no lo has intentado, la historia tampoco es muy diferente porque no sabes por dónde empezar. Después de todo, agilizar los procesos siempre suele ser una tarea que suele parecer algo que pueda suceder de manera rápida.

Desde hace casi una década, a Jake Knapp, un “friki de los procesos”, hacer eficiente cada minuto que pasaba en su trabajo se le empezó a convertir en una especie de obsesión. A través de los años incluso registraba la manera en la que elegía tomar café o té en la búsqueda de una mejora toma de decisiones.

Poco a poco, estas aproximaciones le llevaron a crear Sprint, un método en el que, en cinco días, cualquier equipo era capaz de generar ideas, escoger las mejores y diseñar un prototipo que fuese capaz de ser probado con clientes reales.

 

Una metodología para validar tu idea de negocio y para mucho más

 

Knapp primero probó el sprint dentro de varios departamentos de Google, donde trabajaba. Pero luego, Bill Maris, el fundador y entonces encargado de Google Ventures –el brazo de inversión en startups– le pidió que aplicara los sprints con emprendedores financiadas por Google.

Al principio dudó un poco y además su experiencia con startups era nula. Pero el primer sprint se realizó en la incubadora en 2012 y este probó que la metodología sirve para cualquier área en la que se quiera probar nuevas ideas en poco tiempo.

Ya sea que se quiera desarrollar un nuevo producto, crear una página web, una aplicación; para mejorar una estrategia de marketing, validar una idea de negocio e incluso para ponerle nombre a una empresa.

Sprint, la metodología de Google, sirve para cualquier tipo de idea.

 

La historia del robot que llevaba cepillos de dientes

 

Relay medía cerca de un metro de altura y tenía una pantalla a manera de cara encima del cilindro que hacía de su cuerpo.

Era el nuevo desarrollo de Savioke Labs, una de las empresas en las que Google tenía su capital en ese entonces. El robot nació con el objetivo de entregar objetos en las habitaciones de los huéspedes de un hotel, pero al dueño de la empresa y a sus ingenieros les preocupaba que el robot no gustara entre los huéspedes y resultara repulsivo para ellos.

Descubrir si lo era o no porque Savioke había negociado una prueba piloto con una cadena hotelera, así que tenían el tiempo encima.

“Era un momento perfecto para un sprint”, cuenta Knapp sobre esta experiencia en el libro “Sprint, el método para resolver problemas y probar nuevas ideas en solo cinco días”, el cual lo escribió junto con los colegas que le ayudaron a desarrollarlo dentro de Google Ventures.

 

“¿Cómo debería comportarse el robot frente a los seres humanos?”

 

Esta fue la pregunta principal que se propuso resolver el equipo de Savioke Labs. Para ello, se hicieron en el calendario cinco días libres, de lunes a viernes. Después se marcaron una fecha límite para tener un prototipo qué probar con clientes reales para ese mismo viernes.

Participaron todos los integrantes de la empresa, no importa que no fueran ingenieros ni expertos en robótica.

El lunes se revisó toda la información referente al problema. Lo importante del contrato para la empresa, los mayores peligros, lo que pasaría si lo hacían mal o bien.

El martes, el equipo pasó de los problemas a las soluciones y cada miembro del equipo trabajó en una propuesta de solución –nada de brainstormings, que Knapp ya había probado su poca efectividad– y cada uno realizó el boceto de su idea.

El miércoles, todas las soluciones propuestas estaban a la vista de todos, pegadas en la pared. Prosiguieron a hacer el descarte de soluciones. El jueves prepararon el prototipo y el viernes, se dispusieron a probarlo con los clientes del hotel.

Relay tenía que entregar un cepillo de dientes a una habitación.

Desde una habitación del hotel y después de haber instalado cámaras por el lugar, todo el equipo se propuso observar las reacciones de los huéspedes.

La primera mujer de la prueba llamó por un cepillo de dientes a la recepción, y este llegó a su habitación dentro de Relay.

Apenas abrió la puerta y lo vio, aseguró que el robot era “increíble”.

“Si empiezan a usar el robot, me alojaré siempre aquí”, aseguró la primera huésped.

El sprint tuvo éxito, porque no solo la primera sino el resto de huéspedes que formaron parte de la prueba piloto quedaron encantados con la actuación del robot, el cual festejaba cuando entregaba el objeto y empezaba a bailar cuando lo calificaban con una buena puntuación, todo esto según el libro escrito por Jake Knapp.

Para validar tu idea de negocio, la metodología de Google, Sprint, puede ayudarte.

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