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Arturo Navarro, un ingeniero innovador egresado de iLab, es reconocido por el MIT 

Los microplásticos no solo tienen inundado el océano, sino que también están en el agua que tomamos. 

Ante este problema, el ingeniero industrial mexicano Arturo Navarro, creó Micrastic, una startup que desarrolló un sistema de filtración de microplástico que se instala en el desagüe de las lavadoras y acelera la degradación de estos polímeros, evitando la contaminación del agua. 

Y por este invento, Arturo fue premiado por la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts en su versión en español, a MIT Technology Review y reconocido como un innovador menor de 35 años. 

Arturo es egresado del programa ThinkCamp de iLab, el cual es un programa único en su tipo debido a su metodología, desarrollada como parte del programa del Programa Regional de Aceleración del Emprendimiento MIT REAP y diseñada para dotar a las personas de las herramientas necesarias para construir una startup desde cero en apenas pocos meses. 

Cada año, la MIT Technology Review en español premia a 35 jóvenes innovadores menores de 35 años para reconocer el impacto de sus proyectos y cómo están redefiniendo los usos y reglas de la tecnología. 

Los premiados son jóvenes que, con sus innovaciones, luchan contra la emergencia climática, mejoran la salud, facilitan el acceso a agua limpia, mejoran la accesibilidad de los servicios sanitarios o combaten la desigualdad. 

No es la primera vez que un egresado de iLab es reconocido con este premio, debido a la innovación desarrollada en el programa: 

  1. Carlos Monroy por Biomitech, un sistema de biorreactores de algas que purifican el aire a través de fotosíntesis y que cumple la función de más de 300 árboles.  
  2. Mariel Pérez fue reconocida por ScanLife, un producto que permite identificar fitopatógenos en suelos agrícolas a través de un escaneo continuo en la zona, el cual ayuda a los agricultores a evitar que sus tierras pierdan fertilidad.  

 

El problema a resolver 

 

El plástico contamina al mundo no solo a través de botellas, bolsas de plástico o envases vacíos, sino también a través de fragmentos inferiores a 5 mm que no solo están flotando en el mar contaminándolo, sino que también tienen la capacidad de llegar incluso al agua embotellada.

Según pudo demostrar un estudio que analizó el agua de 259 botellas de 11 marcas distintas en nueve países diferentes, hay hasta 10 mil partículas de plástico por libro en una botella de agua de las que se pueden encontrar en el supermercado. 

¿De dónde vienen esas partículas? De la ropa que utilizamos, ya que hasta 80% proviene de esta fuente, según varios expertos. 

Arturo decidió buscar solución a este reto a través de la tecnología y con ayuda de las herramientas obtenidas en iLab y creó este sistema de filtrado que permite que los microplásticos se desintegren más rápidamente y no lleguen al desagüe para contaminar el agua.

A principios de 2019, Arturo ingresó al ThinkCamp de iLab con el deseo de emprender, y fue aquí que con las herramientas enseñadas en el programa, pudo resolver un problema relacionado con el cambio climático, el problema global más importante de estos tiempos.

El objetivo de Micrastic es colocarse primero en todas las lavanderías mexicanas para luego escalar y lograr que todas las lavadoras mexicanas tengan un filtro Micrastic, tanto las que ya están en los hogares como los nuevos modelos. 

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