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De la acidificación oceánica a la captura de CO2: El trabajo de Jazmín Salazar por un futuro más sostenible es galardonado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)

En un mundo cada vez más consciente de la importancia de cuidar nuestro planeta, surgen líderes y emprendedores visionarios que no solo comprenden la urgencia de tomar medidas, sino que están tomando la iniciativa para hacerlo. Uno de ellos es Jazmín Salazar, una joven apasionada del medio ambiente que se ha embarcado en una de las misiones más apremiantes de este siglo: capturar CO2 de la atmósfera y ayudar a las empresas a llegar al “cero neto” de emisiones. 

La importancia de que las industrias lleguen al «cero neto» de CO2 es fundamental para abordar el cambio climático y sus efectos en el planeta, debido a que el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático es el dióxido de carbono (CO2) generado por la quema de combustibles fósiles y otras actividades industriales.

Por esto, reducir las emisiones de CO2 es esencial para frenar el aumento de las temperaturas globales y limitar los impactos catastróficos del cambio climático, como sequías, inundaciones, tormentas intensas y la pérdida de biodiversidad. 

Jazmín desde joven estuvo interesada en el medio ambiente y poco a poco fue avanzando hacia el camino de desarrollar un software que mide y controla las emisiones de CO2 de las empresas, y un hardware que las captura. Por ello fue escogida por MIT Technology Review en español como una de los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2023, una iniciativa que reconoce a los jóvenes que trabajan en tecnologías que servirán de motor de cambio para el bienestar.

El reconocimiento del MIT subraya el papel fundamental de Jazmín en la búsqueda de un futuro más limpio y sostenible, y reconoce su contribución al combate de la emergencia climática al monitorizar y capturar el CO2 y otros gases que emiten las industrias.

Esta es su historia.

La lucha por un planeta más limpio

 

La captura de CO2 de la atmósfera se destaca como una de las estrategias más eficientes en la lucha contra el cambio climático. En esencia, implica tomar este gas directamente de la atmósfera y evitar que contribuya al efecto invernadero. Este enfoque es especialmente eficiente porque aborda el problema en su fuente. En lugar de limitarse a reducir emisiones futuras, como hacen muchas estrategias, la captura de CO2 aborda el exceso acumulado en la atmósfera. Esta acción directa es crucial para limitar el calentamiento global y sus consecuencias.

Jazmín Salazar se dio cuenta de esta importancia y decidió abordar este desafío global al desarrollar un software que mide y controla las emisiones de CO2. Su empresa, Oxtron, ha llevado esta visión un paso más allá al diseñar un sistema personalizado de captura de carbono, instalado en chimeneas de pequeños y medianos emisores.

Además de capturar CO2, este sistema almacena el carbono capturado para su posterior uso en la fabricación de materiales y productos químicos. Actualmente, la empresa se encuentra en la etapa de lanzamiento en el mercado mexicano, demostrando que la captura de CO2 es una estrategia eficiente y prometedora en la lucha por un planeta más sostenible.

 

“Buscamos hacer toda esa información transparente y accesible para las empresas. Es un servicio on demand que va a ayudarle mucho a las empresas, porque a veces, por el mismo desconocimiento, continuamos con ciertas compras diarias o consumos diarios que llegan a ser nocivos para el planeta y para nuestra salud incluso”, sostiene en entrevista con iLab. 

 

Pero este no fue el inicio de su camino desarrollando soluciones de impacto.  En sexto semestre de la universidad, Jazmín comenzó un viaje hacia la mitigación de la acidificación oceánica, la cual es causada en gran parte por el exceso de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, y es un problema crítico que amenaza los arrecifes de coral y los ecosistemas marinos. Ante este problema, Jazmín y su equipo desarrollaron un biorreactor marino diseñado para capturar el CO2 antes de que ingresara al agua y que producía un biomaterial que podía ser utilizado para la fabricación de diversos materiales y la creación de una economía circular. Este proyecto, llamado PythO, les valió el segundo lugar en el Premio Santander a la Innovación Empresarial en 2020.

Lo que comenzó como PythO, años más tarde se transformó, bajo la guía de Víctor Moctezuma, fundador de iLab, en Oxtron.

 

«Víctor Moctezuma me ayudó a darme cuenta de que el biorreactor marino no era una solución que pudiera generar un impacto de la magnitud que realmente se podía crear, así que gracias a la metodología de iLab fue que pude aprender la problemática en sí y sus repercusiones, y una vez que lo entendí, pude ver las razones por las que estamos sufriendo estos cambios. Entonces teniendo esto identificado, fue más sencillo enfocarme ahora el desarrollo de una solución que pudiera permitir la captura directa de las emisiones desde su fuente, como lo es el sistema de Oxtron», explica.

Trabajar para mejorar el futuro 

 

El interés de Jazmín por estos temas no es repentino. Desde una edad temprana, ella ha estado en contacto con la agricultura, una conexión que sembraría las semillas de su pasión por el medio ambiente. Su conciencia ambiental se despertó mientras convivía con agricultores desde niña y aprendía sobre procesos agrícolas en una casa campestre en la que pasaba tiempo con su familia durante las vacaciones.

 

“Hoy estamos trabajando para hacer todo este tipo de tecnologías accesibles no solo para la industria, sino para personas que tienen los mismos problemas que las industrias, aunque en otro tamaño y otra magnitud, como los agricultores. Queremos que los agricultores puedan tener la información de sus cultivos y su huella de carbono. Me parece muy importante y he visto, con agricultores cercanos, que se emocionan por tener acceso a estas herramientas, es muy gratificante poder contribuir con ellos”, asegura en entrevista con iLab. 

 

Oxtron no solo es un emprendimiento prometedor, sino que representa un cambio disruptivo necesario en la lucha contra el cambio climático. La captura de carbono es fundamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento global.

La visión de Jazmín y su equipo de hacer que esta tecnología sea accesible para agricultores y empresas es un paso audaz hacia un mundo más sostenible, y el reconocimiento otorgado por el MIT es una consecuencia de su dedicación al combate de la emergencia climática. Su historia es un testimonio de cómo la determinación y la acción pueden marcar la diferencia, y cómo los jóvenes están llevando a cabo iniciativas para un mundo más sostenible.

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