Entre las tecnologías que tienen el potencial de cambiar el futuro como humanidad, se encuentra la impresión 3D.
Esta un proceso de fabricación en el que se van colocando capas delgadas de material en forma de plástico líquido o en polvo, metal o cemento, que se van fusionando y van creando objetos físicos, todo esto a partir de un diseño digital.
«La impresión 3D, una tecnología novedosa considerada parte de la Cuarta Revolución Industrial, tiene el potencial de hacer cambios significativos y rápidos a la forma en que se fabrican y distribuyen los productos», sostiene un estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
Pero no solo tiene el potencial de cambiar la manera de fabricación, sino de transformar la vida de millones gracias a su capacidad de mitigar la falta de acceso a vivienda y al gran impacto favorable para el futuro de la sustentabilidad.
La impresión 3D es tan importante para el futuro de la sustentabilidad y del acceso a una vida mejor para todos, que el Foro Económico Mundial la incluyó como parte de lo que se le ha llamado la Cuarta Revolución Industrial.
Este término es utilizado para referirse a la manera en la que los avances tecnológicos están fusionando los mundos físico, digital y biológico, transformando la forma en la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
De acuerdo con esta institución, esta Cuarta Revolución Industrial es un «nuevo capítulo en el desarrollo humano, posibilitado por los extraordinarios avances tecnológicos».
Incluso incluyó la manufactura de casas a través de impresión 3D como una de las cinco tendencias a tener en cuenta en este 2022.
Un caso de uso: Covestro
En esta industria, un caso que llama la atención es el de la empresa Covestro. Esta desarrolló un material llamado Arnite, el cual está fabricado a partir de residuos de PET reciclados postconsumo.
El nuevo material de gránulos rellenos de fibra de vidrio de Covestro permitirá a los fabricantes producir piezas con un mayor rendimiento estructural. Al mismo tiempo, este genera una huella de carbono significativamente menor que el material virgen.
«Dado que los envases de PET representan más del 50 % del total de residuos plásticos, extender su vida útil reutilizándolos como materia prima ofrece una alternativa ampliamente disponible a las materias primas vírgenes, sin necesidad de comprometer el rendimiento o el costo total de propiedad”, explica el jefe de fabricación aditiva de esta compañía, Hugo Da Silva.
En construcción, este es tan solo uno de los grandes avances. Investigadores están desarrollando hoy un concreto impreso en 3D que puede reducir significativamente los costos. Además, este concreto tiene la capacidad de ahorrar tiempo en la arquitectura y construcción de viviendas. O sea, que las ciudades del futuro podrían estar construidas de cemento fabricado a base de vidrio reciclado, según cuentan los propios investigadores en un texto al respecto.
Según un estudio, alrededor del 35% de todos los residuos que están en vertederos a nivel global provienen del concreto.
La impresión 3D y su multiplicidad de usos
Por supuesto, la construcción es tan solo una de las industrias en las que la impresión 3D puede utilizarse con numerosos beneficios.
En 2018, por ejemplo, el primer satélite con la carcasa exterior impresa con esta tecnología partió al espacio, el Tomsk-TPU-120. Pero el verdadero potencial que tiene la impresión 3D en esta industria, es la de permitir construir en el espacio.
Otro de los usos está en la industria de la salud. Concretamente, en la bioimpresión de órganos.
» El proceso de bioimpresión de órganos utiliza el método capa por capa de la impresión 3D y consiste en una bioimpresora 3D diseñada médicamente y una biotinta, una sustancia generalmente hecha de células madre. Depositar capas de biotinta una encima de la otra conduce a la creación de tejido que eventualmente puede formar un órgano», explica un documento sobre los usos de esta tecnología.
Incluso a través de este método, hay menores posibilidades de que la persona rechace el órgano. Esto debido a que se puede crear utilizando las propias células madre del paciente.
Estas dos son solo algunos de los usos de esta técnica, la cual ha demostrado ser capaz de reducir la contaminación del entorno y de reducir los costos. Lo cual, por supuesto, tiene el potencial de beneficiar a las empresas.
De acuerdo con un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT), la adopción de la impresión 3D puede reducir los costos de la cadena de suministro entre 50% y 90%. Esto especialmente en productos personalizados y de baja rotación.
Y este es solo el inicio. El potencial de esta técnica de manufactura es muy grande, y será en los próximos años en los que veremos su crecimiento, desarrollo e inserción en la vida cotidiana como una tecnología más de la cual echar mano de manera regular. Por ello, las empresas necesitan tomarla en cuenta como una forma más de innovar, mejorar sus procesos y reducir sus costos.
“Para mantenerse a la vanguardia, los líderes empresariales y los encargados de formular políticas deben comprender la tecnología y sus implicaciones para desarrollar estrategias y políticas con visión de futuro para sus negocios y partes interesadas”, sentencia el WEF.
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