La innovación abierta y la economía circular, claves como ventaja competitiva para las empresas  

Consumimos más de lo que la Tierra puede regenerar, así que las empresas necesitan convertirse en unas generadoras de cambio, no sin olvidar la necesidad de permanecer competitivas para sobrevivir en el tiempo.

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Feb 23, 2023

Consumimos más de lo que el planeta puede regenerar. Por decirlo de alguna manera, estamos utilizando una tarjeta de crédito que, en un futuro, no podremos pagar. 

Se necesita la capacidad regenerativa de 1.6 Tierras para proporcionar los recursos naturales y servicios ecológicos que utilizamos actualmente, según una investigación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), una organización no gubernamental que se encarga del cuidado del ambiente. 

La demanda de la humanidad sobre la naturaleza ha superado lo que la Tierra puede reponer, lo que nos pone en una posición muy comprometida, en la que todos los actores de la sociedad necesitan actuar ya, antes de que las consecuencias se sientan aún más de lo que hoy afectan ya a la humanidad entera. 

 

Innovación abierta y economía circular: fundamentales para crear compañías que perduren

 

Por ello, en materia de negocios, conceptos como innovación abierta y economía circular se han vuelto claves para que las empresas puedan crear modelos de negocio que sean competitivos y capaces de sobrevivir en el tiempo.

Hoy es un hecho que los consumidores prefieren empresas que cuidan el ambiente y no solo eso, sino que en ello basan en gran medida sus decisiones de compra. Además, la innovación abierta y la economía circular abren la posibilidad de que las compañías puedan generar mayor valor para sus consumidores, resolver problemas en tiempos de crisis e incluso tener mayores posibilidades de salir adelante gracias a las alianzas generadas con otras compañías o actores de la sociedad. 

La innovación abierta y la economía circular se relacionan entre sí de manera estrecha, ya que innovar de manera colectiva, –empresas, organizaciones no gubernamentales y paneles de expertos  trabajando de manera conjunta– puede ponerse al servicio del desarrollo de productos y servicios que sean económicamente circulares, es decir, que sean reciclables, reusables y que se mantengan activamente en la economía por más tiempo, reduciendo desperdicios y evitando la emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera. 

En resumen, la innovación abierta y la economía circular son dos conceptos que hoy constituyen una ventaja competitiva para las empresas que las desean implementar, y para aquellas nuevas organizaciones que hoy nacen con la esperanza de sobrevivir en el tiempo.  

 

Innovación abierta 

 

La innovación abierta, según Henry Chesbrough, director del Garwood Center for Corporate Innovation en la escuela de negocios Berkeley Haas y creador del concepto, se puede definir como «el uso de entradas y salidas deliberadas de conocimiento para acelerar la innovación interna y así expandir los mercados, al usar la innovación externa».  

Lo que propuso Chensbrough en 2003, cuando publicó su libro «Innovación abierta», fue un nuevo modelo industrial de innovación, el cual es la «antítesis» del modelo tradicional de integración vertical en el que la innovación conduce a productos o servicios desarrollados internamente y que luego son dados a conocer dentro de la empresa. A eso el investigador le llama «modelo de innovación cerrado». 

En contraparte, la innovación abierta –como fue concebida por Chesbrough– asume que las empresas pueden y deben utilizar tanto ideas externas como internas, a medida que buscan avanzar sus innovaciones, y que sus procesos combinen estas ideas de distinta procedencia en plataformas, arquitecturas y sistemas que permitan crear valor para el cliente.

De esta manera, la innovación abierta va mucho más allá de la simple colaboración entre dos empresas, ya que pone énfasis en la importancia de crear comunidades de innovación, las cuales cobrarán cada vez más importancia en el futuro.  

Innovación abierta y su relevancia para las organizaciones 

La innovación abierta es muy importante para las empresas porque tiene el potencial de ampliar el espacio para la creación de valor a través de la posibilidad de tener nuevos socios con habilidades complementarias o porque permite «desbloquear el potencial oculto» en las relaciones de largo plazo con otras marcas, explican Linus Dahlander y Martin Wallin, ambos profesores de innovación, en un texto para la revista Harvard Business Review. 

Además, este tipo de innovación puede ayudar a las organizaciones a resolver problemas en tiempos de crisis o a cultivar nuevas relaciones con actores importantes de su industria o incluso con otras empresas. 

Un ejemplo muy relevante de innovación abierta es el proyecto UpLink del Foro Económico Mundial, el cual creó una plataforma que tiene como objetivo la creación de los puentes necesarios para que aquellos que fundan una empresa puedan llevar sus innovación al siguiente nivel, y así poder seguir escalando sus negocios. 

Gracias a este proyecto lanzado en 2020, 260 empresarios han podido resolver distintos retos, pero fundamentalmente, aquellos relacionados con el cambio climático. UpLink es un espacio digital donde inversionistas, expertos y otras organizaciones, pueden trabajar de la mano para apoyar las innovaciones y desarrollarlas en conjunto. 

La plataforma está abierta y busca empresarios de todo el mundo a través de desafíos de innovación en distintas áreas, como naturaleza, océano, plásticos, cambios climáticos, economía circular, agua, salud o educación, los cuales están diseñados y ejecutados en colaboración con varios socios privados, como Accenture UNICEF, Nestlé o la Organización Mundial de la Salud. 

Ahí los empresarios reciben apoyo para desarrollar sus innovaciones y para, de esta manera, hacer crecer sus empresas. 

 

Economía circular 

 

En un planeta en el que el cambio climático es el principal problema a resolver, es fundamental que las empresas consideren incorporar a la economía circular como uno de sus conceptos fundacionales, ya que esto permitirá, entre otras cosas, reducir desechos y agregar valor a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos y servicios. 

«En una economía circular, las cosas se fabrican y consumen de una manera que minimiza nuestro uso de los recursos del mundo, reduce los desechos y reduce las emisiones de carbono. Los productos se mantienen en uso durante el mayor tiempo posible, a través de la reparación, el reciclaje y el rediseño, para que puedan usarse una y otra vez», explica al respecto el Foro Económico Mundial. 

Esto permite que, al final de la vida de un producto, los materiales utilizados para fabricarlo se mantengan en la economía el mayor tiempo posible y se reutilicen siempre que sea posible. 

Beneficios de la economía circular

De esta manera, la economía circular permite varios beneficios, entre los que se encuentran la protección al medio ambiente. Debido a la reutilización y reciclaje que implica el uso de menos recursos naturales, se genera una reducción de las emisiones anuales totales de gases de efecto invernadero, sostiene un estudio del Parlamento Europeo sobre este tema. 

Otro de los beneficios que reporta es la reducción de la dependencia de la materia prima, cuyo suministro actualmente es limitado y hace que algunos países dependan de otros para cubrir la demanda. Por ejemplo, la Unión Europea importa alrededor de la mitad de las materias primas que consume. 

Sin embargo, el reciclaje de materias primas mitiga los riesgos asociados con el suministro, como la volatilidad de los precios, la disponibilidad y la dependencia de las importaciones, según analiza el estudio del Parlamento Europeo. 

La innovación abierta y la economía circular son dos conceptos que tanto aquellos que están buscando fundar una compañía como aquellos que lideran una ya no deben dejar pasar. De esto depende su supervivencia en el tiempo.

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