La temperatura del planeta está aumentando y cambiando y, en consecuencia, la manera en la que se construyen y habitan los hogares y edificios también deberá transformarse.
Esta es la premisa con la que activistas del medio ambiente y especialistas buscan hacer conciencia de lo contaminante que es el sector de la construcción y de la urgencia que se tiene para que construir y habitar los edificios y casas a nivel mundial disminuya su emisión de gases efecto invernadero.
«Los edificios y la construcción son enormemente cómplices del cambio climático, incluso más que los sectores del automóvil y la ganadería»,
ONU-Habitat, un brazo de la ONU que ante la crisis, promueve la urbanización sostenible.
La construcción, la producción de cemento y la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón para fines de construcción, hacen que esta industria sea sumamente contaminante.
De acuerdo con la Global Alliance for Buildings and Construction (Global ABC), el 28% de las emisiones a nivel global provienen de la construcción de edificios, aunque algunas otras organizaciones apuntan a que los niveles de emisión son más altos.
Esto hace que la construcción y los edificios sean una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero en el mundo.
Es importante atender este sector, no solo porque hoy es de los más contaminantes, sino porque en el futuro, se habrán de construir muchísimos más edificios, principalmente en ciudades en desarrollo, lo cual hace que las emisiones futuras, en consecuencia, aumenten significativamente si no se hace algo al respecto.
Innovación en hábitats y construcción sustentable
¿Qué se necesita para disminuir las emisiones de carbono de la construcción? Que tanto los hogares se construyan con materiales que se obtengan de manera sostenible y se produzcan utilizando medios que tomen en cuenta la eficiencia energética, como que el propio diseño, planificación, construcción y todo relacionado a esta lo sean también.
Si esto se lleva a la práctica, el resultado serán edificios no solamente con bajas emisiones en su construcción, sino a lo largo de su vida útil, señala la ONU-Habitat.
Se ha demostrado que los edificios sostenibles, como algunos construidos en la India y que fueron certificados por el Indian Green Building Council, han permitido ahorrar energía entre el 40% y 50% y agua entre 20% a 30% en comparación con los otros edificios de ese país.
Y es que las casas generan dióxido de carbono cuando se construyen pero también a lo largo de su vida útil, e incluso también cuando se demuelen. Solo como un número de referencia, una casa emite más de tres mil kilogramos de dióxido de carbono cada año, según una medición hecha en Nueva Zelanda.
Evitar el consumo de energía es una de las claves
Una de las partes más importantes a atender, además de la necesidad de innovación en hábitats al crear nuevos materiales o soluciones que se adapten a los hogares para reducir la generación de dióxido de carbono, es la disminución en el uso de energía que se tiene en las viviendas una vez construidas.
«Limitar las emisiones domésticas de gases de efecto invernadero es esencial para reducir el impacto en el medio ambiente, así como por razones económicas», sostiene la organización Level.org en un documento al respecto.
Esto se puede hacer a través de la innovación en hábitats aplicada a la instalación de paneles solares, sistemas de almacenamiento de aguas de lluvia y de accesorios para reducir su uso; selección de materiales fabricados con menos emisiones y de artefactos de iluminación, calefacción, calentamiento de agua y electrodomésticos de bajo consumo.
Incluso la elaboración de un buen diseño que aproveche el espacio y lo mantenga a buena temperatura para evitar el uso de energía puede hacer la diferencia, sostiene esta misma organización.
Ejemplos de innovación en hábitats
En este sentido, el desarrollo de tecnología que tenga la posibilidad de reducir emisiones de carbono –ya sea a la hora de fabricar, de darle los acabados interiores o de consumir en los hogares y edificios– es esencial.
Tan solo los acabados interiores son responsables de hasta 10.8% de las emisiones de carbono en una casa nueva, de acuerdo con un estudio de EMBARC.
En lo que a acabados se refiere, hay muchos ejemplos de desarrollo tecnológico. Por ejemplo, el realizado por Adaptavate, una empresa británica de biotecnología que creó un material llamado «Breathaboard», un sustituto directo de las placas de yeso que se usan en la construcción, en cuya fabricación se utilizan proceso industriales de absorción de carbono.
Breathaboard puede retener alrededor de tres kilogramos de dióxido de carbono por placa a la hora de su fabricación, y dado que la producción de placas de yeso normalmente emite alrededor de seis u ocho kilogramos por placa, en total son 10 kilos de dióxido de carbono por placa que no se emiten en la atmósfera.
Más ejemplos de innovación en hábitats
Otro ejemplo, pero este en cuanto al uso de energía en el hogar, es RadBot, un sistema de control de calor que permite ahorrar hasta 30% de lo que se gasta en energía en cada cuarto, al regular de manera inteligente la temperatura de una habitación cuando está deshabitada.
Con su lema «¡no más calentamiento en cuartos vacíos!», RadBot es una tecnología que aprende los patrones del hogar y calienta las habitaciones solo cuando es necesario, con lo que ahorra dinero y energía.
La tecnología es un elemento clave para mitigar los efectos del cambio climático. Y es necesario que existan innovadores capaces de hacer suyo el reto de lograr que construir y habitar nuestros hogares se logre con un mínimo de emisión de gases efecto invernadero.
Si te interesa ser un innovador que impacte a su entorno y mitigue los efectos del cambio climático, conoce el ThinkCamp, un programa innovador de cuatro meses y tiempo completo, que te llevará de cero a construir un prototipo tecnológico y una empresa viable que sea capaz de sobrevivir en el tiempo. Da clic aquí para más información.