Construir un producto o servicio primero y después descubrir que no hay personas dispuestas a comprarlo es uno de los errores más comunes entre las empresas.
De esto se dio cuenta Eric Ries, un empresario que trabajó en distintos productos que estuvieron destinados al fracaso debido a que no encontraron clientes que los compraran. Ries hoy es conocido por haber creado el método Lean Startup, el cual se ha convertido en un parteaguas en el mundo de los negocios.
Después de varios intentos y ya cansado de perder tiempo y dinero, Ries empezó a construir su propia metodología para evitar que esto sucediera. Así empezó a documentar su propio trabajo en su blog.
La metodología era sumamente innovadora, porque proponía un camino “al revés”. Antes de construir un producto y probarlo con los clientes, esta metodología –que se llamaría Lean Startup– proponía preguntar primero a los clientes sobre sus necesidades. Para lograrlo, proponía la creación de un producto mínimo viable para. después de haberse asegurado de que este funciona, construir el producto o servicio final.
En 2010, Ries fue aceptado en la Harvard Business School como emprendedor en residencia. Y finalmente, en 2011, publicó “Lean Startup. How Today ‘s Entrepreneurs Use Continuous Innovation to Create Radically Successful Businesses”, un libro en el que condensó toda su metodología y que se convertiría en bestseller.
Aquí te contaremos de qué se trata pero antes, uno de los casos más representativos de fracaso empresarial.
Un ejemplo de fracaso: Juicero
Las historias de empresas que naufragan debido a que construyen productos sin clientes que los compren abundan.
De acuerdo con una investigación de CB Insights, la segunda razón por la que las empresas fallan –35% fallan por ello– es porque construyeron un servicio o un producto que no tiene un mercado objetivo. Es decir, que no encontraron quién les comprara lo que desarrollaron.
Un caso que los profesores de negocios y especialistas suelen mencionar como uno muy representativo de los mayores fracasos del mundo de los negocios, el de Juicero.
Juicero fue una startup estadounidense que nació en 2013 y que durante su corta vida logró levantar la escandalosa cifra cercana a 134 millones de dólares de grandes inversionistas como Google Ventures.
En la teoría, la compañía parecía prometedora porque se enfocaba en un mercado que siempre está a la búsqueda de una dieta saludable y que, sus fundadores pensaban, estaría dispuesto a comprar un exprimidor de jugos con WiFi por la estrepitosa cantidad de 699 dólares.
Pero en la realidad, Juicero mes con mes estaba perdiendo alrededor de cuatro millones de dólares, hasta que decidió cerrar para siempre.
El caso de esta startup es perfecto para explicar la importancia de que antes de fundar una compañía, es necesario que haya personas dispuestas a comprar el producto o servicio, porque este les resuelve un problema.
De otra forma, la empresa va a fracasar o, si ya existe, va a generar productos o servicios que no son útiles para nadie y que estarán destinados al fracaso.
¿Qué es el método Lean Startup?
Eric Ries, el fundador del método Lean Startup asegura que hay que “ir más despacio” a la hora de fundar una empresa o de crear un nuevo producto o servicio y asegura que primero es necesario experimentar “de a poco” con los clientes, gastando la menor cantidad de recursos posibles y maximizando el aprendizaje que se tenga del proceso.
Esta metodología sostiene que si uno se va a equivocar, más vale que el error sea «barato y rápido».
La propuesta de Ries es que con el método Lean Startup las personas que lo apliquen aprendan a crear empresas con un proceso de innovación continua. Y con esto demostrar que el éxito de las empresas no tiene que ver con estar en el lugar y en el momento adecuado, sino con seguir un proceso en específico, el cual se puede aprender y enseñar.
“Una startup es una institución humana diseñada para entregar un nuevo producto o servicio bajo condiciones extremadamente inciertas”,
Eric Ries
De esta manera, Lean Startup es un conjunto de prácticas pensadas para ayudar a aquellos que quieren fundar una empresa o crear un producto o servicio a incrementar las probabilidades de hacerlo con éxito.
Es, de hecho, una ideología empresarial que ayuda a los empresarios y a los emprendedores a escapar de las trampas del pensamiento empresarial tradicional, según asegura el mismo Ries.
Con este método, se busca crear el producto que el cliente necesita y por el que está dispuesto a pagar.
¿Cómo funciona el método Lean Startup?
Fundamentalmente, a través de tres pasos, que se deben recorrer en el menor tiempo posible y con la mínima inversión: se crea un producto, se miden los resultados y se aprende del recorrido.
Esta metodología invita a preguntarse no si se puede crear dicho producto, sino si se debe crear, en el entendido de que es útil y los clientes están dispuestos a pagar por él.
El proceso empieza por la hipótesis, es decir, por las suposiciones que se tienen sobre la viabilidad de su idea.
Después, viene el construir un producto mínimo viable, el cual tenga las funcionalidades mínimas y recoja la máxima cantidad de información previamente recabada de entre los clientes.
Ya que se tiene, este prototipo necesita probarse con potenciales clientes y de ahí extraer la mayor información y datos. Esta etapa servirá para darse cuenta de si el prototipo realmente responde a las necesidades del consumidor o se necesita volver a empezar.
Y finalmente, se trata de aprender. Con base en los datos extraídos, ya será posible determinar si la empresa, producto o servicio es viable o si se necesita pivotar la idea. Este término se refiere a la realización de un reajuste sustancial de las ideas que no están funcionando.
Si sirve, se construye el producto final, sino, se sigue pivotando hasta recibir el feedback suficiente para seguir adelante con la nueva propuesta.
iLab y el método Lean Startup
En iLab, la metodología Lean Startup es una de nuestras herramientas más utilizadas para desarrollar nuestra metodología System Problem Solving, la cual consiste en abordar los problemas sociales a través de una óptica sistémica –multidisciplinaria y multifactorial– y con ello transformar a las personas en solucionadores de problemas a través de la innovación.
De esta manera, en iLab ayudamos a las empresas a transformar su cultura empresarial en una que sea capaz de plantear soluciones, probarlas en el medio real y crear productos y servicios de acuerdo a lo que los clientes necesitan.