Frente a la Cuarta Revolución Industrial, mantener la curiosidad y no dejar de aprender serán esenciales para mantenerse empleable 

Ya pasados los primeros años desde que se declaró la transición hacia la Cuarta Revolución Industrial, estamos acostumbrándonos a escuchar los términos relacionados a esta. Se ha convertido en parte de nuestras vidas y nos tenemos que preparar en consecuencia.    Por Víctor Moctezuma  No hay día que no se anuncie una nueva aplicación que […]

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Jun 29, 2021

Ya pasados los primeros años desde que se declaró la transición hacia la Cuarta Revolución Industrial, estamos acostumbrándonos a escuchar los términos relacionados a esta. Se ha convertido en parte de nuestras vidas y nos tenemos que preparar en consecuencia. 

 

Por Víctor Moctezuma 

No hay día que no se anuncie una nueva aplicación que no tenga en cuenta Inteligencia Artificial o que la edición genética no esté en nuestra mente, sobre todo a partir del desarrollo de las vacunas de COVID-19, ya sea que seamos pro o anti vacunas. 

Y es que ya sea como usuarios, creadores o generadores pasivos de información,  nos veremos afectados por el avance tecnológico, ya que este está desplazando (y continuará haciéndolo) procesos y servicios, mano de obra y capacidad intelectual.

Así que el que busque mantenerse competente en su ámbito profesional, no solo deberá conocer los significados de estos términos tecnológicos  sino que tendrá que conocer los fundamentos de cómo usarlos y de cómo trabajar con sus aplicaciones.

Esto se torna esencial para poder anticipar el momento en el que sus procesos puedan desplazar las labores rutinarias que realizamos y, para poder diseñar maneras de complementar otros procesos de más valor agregado y continuar permaneciendo empleable.

La responsabilidad de construir una fuerza laboral orientada al futuro recae en cada uno y en este sentido hay dos acciones que son clave para que esto ocurra:

 

  1. Entender que todos los roles de todas las profesiones van a cambiar en el mediano plazo porque los medios tecnológicos serán cada vez más precisos, eficientes, ubicuos y sencillos de desarrollar o adaptar. 
  2. Hacernos con el hábito de la actualización permanente. Existen desde  seminarios especializados, talleres, programas de desarrollo y formación, hasta docuseries, canales de Youtube, podcasts o grupos de audio chat desde aplicaciones como Clubhouse o Twitter. Existen desde cursos básicos hasta modelos muy completos al alcance de todos.

 

La fuerza de trabajo del presente necesita hacerse de habilidades complementarias que combinen información y conocimiento con experiencias prácticas. Vale decir que  muchas de estas  serán consecuencia de lo que se descubra al emplear nuevas tecnologías y al experimentar con roles y responsabilidades surgidos de estas.

La actualización de la profesión es una oportunidad de crecimiento personal y profesional, además de una garantía de permanencia.

Todos tenemos una necesidad de adquirir nuevas habilidades, identificar nuevas brechas y de crear para nosotros roles de mayor valor añadido, porque a medida que la automatización elimine la necesidad de manos y mentes humanas en los procesos de negocio manuales y monótonos, como mayor activo laboral deberemos tener  una mente abierta y receptiva y una permanente curiosidad. 

Todo aquel que esté empleando su talento y vendiéndolo a una empresa o creando servicios está aprovechando  al máximo una oportunidad de actualización profesional. De cara al mediano plazo, mantener a la mayor cantidad de personas activas en la economía dependerá de ello. 

Hasta ahora hay una especie de desconexión porque pareciera que esa realidad aún es lejana en países como el nuestro, en el que los servicios no son de alta sofisticación, sin embargo, poco a poco nos damos cuenta de que utilizamos aplicaciones y realizamos transacciones digitales con mayor frecuencia, y de que, aunque lentamente, algunos puestos profesionales se van emparejando con su “clon digital”. 

La economía post pandemia tiene el potencial de ser destructiva porque durante esta crisis sanitaria aprendimos qué cosas en la realidad no necesitamos y eso ha hecho y hará que muchas empresas puedan desaparecer, pero también puede ser sumamente creativa porque hoy estamos más inmersos en la digitalización de servicios y eso abre un abanico para reinventar negocios y diseñar nuevos modelos de monetización. 

Nunca en la historia habíamos tenido acceso a tantas herramientas de innovación y educación ni a computación de alta potencia y de bajo costo (un teléfono, por ejemplo) y esto nos da el poder de aplicar la astucia y creatividad para  crear nuevos productos y servicios.

La forma en la que apliquemos el nuevo conocimiento determinará que este se desarrolle económicamente en algún producto o servicio y se vuelva equivalente a una pensión vitalicia. La brecha digital o generacional lo será solo si no aprovechamos con la actitud correcta, con esta mente abierta y esas ganas de estar aprendiendo siempre, la oportunidad que la vida nos pone hoy.

 

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