Estos últimos años han demostrado que es necesario encontrar formas nuevas y creativas de enfrentar una realidad como la que hemos vivido, en la que lo único constante es la incertidumbre.
Un texto de la Harvard Business School lo explica bien al asegurar que los líderes empresariales deben «buscar constantemente nuevas formas de innovar porque no se pueden resolver muchos problemas con soluciones antiguas», es decir, que liderazgo e innovación tienen que formar un binomio inseparable.
De esta manera, si innovar era importante para las empresas con anterioridad, después de la crisis que inició con el coronavirus y que ha transformado la manera en la que las personas consumen y en la que las organizaciones funcionan, es fundamental.
Innovar va más allá de la creatividad que hace a las personas tener buenas ideas, sino que tiene que ver con hacer que una buena idea sea útil y se pueda convertir en un producto, servicio o modelo de negocio que pueda resolver algún problema de una manera en la que nadie más antes lo haya hecho.
Liderazgo e innovación, esencial para instaurar un ADN innovador
En realidad, todos los integrantes de la organización deben orientarse a la innovación, pero los que la tienen que gestionar y organizar son los líderes. Los que dirigen a las personas y los que instauran la cultura organizativa son las cabezas, así que es fundamental que ellos estén preparados, es decir, que liderazgo e innovación van de la mano.
Sin embargo, lograrlo no es tarea fácil, porque más allá de las buenas intenciones, la innovación necesita estar integrada de manera formal en la agenda de gestión estratégica de las cabezas de la compañía. Esto es necesario porque de esta manera, la innovación no solo se fomentará sino que se administrará, rastreará y medirá como un elemento central dentro de las aspiraciones del crecimiento de la empresa, según sostiene una investigación de McKinsey.
Propiciar la innovación en el ambiente adecuado
Entre las claves enlistadas por esta consultora para crear una organización innovadora se encuentra que los líderes creen las condiciones que permitan que la innovación surja, a través de fomentar una cultura de innovación basada en la confianza entre los empleados, en la que las ideas sean valoradas, en las que ellos se sientan seguros de expresarse y en la que se pueda supervisar el riesgo de las implementaciones que realicen los colaboradores, de la mano de sus superiores.
De esta manera, son las cabezas las que tienen que estar al tanto de la existencia de nuevas tecnologías, y tienen que entender que estas, más temprano que tarde, impactarán en la organización, según un estudio de Singularity Group titulado, «Exponential innovation».
Desarrollar la innovación dentro de una empresa es muy importante, ya que frente a los desafíos –que pueden ser imprevistos e inevitables– esta ayuda a «mantenerse a la vanguardia y a hacer crecer a las compañías en el proceso de innovación», según explica la Harvard Business School. Además, les prepara a los líderes para poder tomar mejores decisiones. Si quieres conocer más sobre claves para la toma de decisiones que un líder innovador debe tomar en cuenta, lee esto.
Beneficios de la innovación
La innovación en las organizaciones trae varios beneficios, entre los que se encuentra que las compañías puedan adaptarse frente a los retos que les pone la vida, como bien pudo observarse en la pandemia provocada por el coronavirus.
Según una encuesta realizada por KPMG en abril de 2021, para ocho de cada 10 compañías en México centrarse en la innovación era más relevante tras la disrupción generada por el COVID-19, es decir, que la innovación empezó a cobrar un lugar preponderante a partir de los retos que supuso para las empresas los cambios tan drásticos que trajo la pandemia a la dinámica empresarial.
Este ejercicio coincide con otros realizados, al sostener que el habilitador más importante en la innovación es el apoyo del liderazgo.
«Ese apoyo no se trata solo de hablar del mismo u obtener el presupuesto necesario, sino que es el factor de éxito clave, ayudando a las partes involucradas en la alineación con respecto a los objetivos de innovación, minimizando las barreras para acelerar el avance de las iniciativas, confirmando que la innovación es en primer lugar un mindset pero también un pilar firme de la estrategia empresarial”, sostiene como una de las conclusiones del estudio, Lina Angelov, Directora Líder de Innovación de KPMG en México y Centroamérica.
Innovar para crecer
Otro de los beneficios que aporta la innovación a las organizaciones es que fomenta su crecimiento. McKinsey hizo otra encuesta en la que, de acuerdo con su experiencia, 84% de los CEOs entrevistados creen que la innovación es crítica para el crecimiento.
La innovación genera crecimiento porque permite crear nuevos procesos, productos o servicios o en su defecto, mejora los ya existentes, añadiéndoles un elemento de tecnología o proponiendo formas distintas de hacer las cosas a como se hacían antes.
En cuanto a esto último, la innovación también es una manera de que las organizaciones encuentren la diferenciación respecto a su competencia, lo cual resulta a veces complicado, ya que las compañías ofrecen productos o servicios similares entre sí. Innovando, las corporaciones pueden construir una propuesta de valor que les haga distintas a lo que ofrece el resto.
Liderazgo e innovación es un binomio que debe ir de la mano para que las compañías aumenten sus posibilidades de crecimiento y de sobrevivir en el tiempo. Las empresas necesitan transformarse y darle la bienvenida a líderes con una mentalidad innovadora, los cuales permitan el cambio y abracen el riesgo de hacer cosas que nunca antes se había planteado.