La inversión en capital de riesgo en México –y en cualquier país– es sumamente importante porque, en gran medida, de ella depende el crecimiento del ecosistema emprendedor de la región. ¿En qué se invierte en México? ¿Y en qué se necesita?
Desde hace varios años, el capital de riesgo en México se ha concentrado prácticamente en un solo rubro: las startups dedicadas a ofrecer servicios financieros a través de la tecnología, las fintech –de la contracción de financial technology–.
México, junto con Brasil, se ha convertido en un paraíso fintech en el que la inversión florece y es creciente conforme pasa el tiempo.
(Si quieres leer sobre qué es el capital de riesgo y por qué no está llegando a donde debería, da clic aquí).
De acuerdo con cifras recopiladas por startupeable.com de Pitchbook y la Latin American Venture Capital Association (LAVCA), la inversión en capital de riesgo en México desde 2017 ha crecido cuatro veces debido, principalmente, al crecimiento de las startups fintech gracias a la inversión, principalmente estadounidense, en proyectos mexicanos.
Para 2019, este blog contabilizó 100 tratos por 649 millones de dólares invertidos.
Los números de la plataforma de información financiera Transactional Track Record citados por El Economista, son similares. En 2019, esta plataforma contabilizó 85 transacciones de capital de riesgo. La mayoría orientadas a empresas de internet y tecnología, seguidas por las realizadas en empresas relacionadas con finanzas y retail.
Durante el coronavirus la inversión en capital de riesgo en México disminuyó pero siguió, como antaño, concentrada, en gran parte, en este tipo de empresas. Esto hace que rubros como salud o educación, queden de lado y sin la atención y los recursos que necesitan para crecer en un país lleno de problemas sociales como México.
Capital de riesgo en México: La importancia de desarrollar e invertir no solo en fintech
Las fintech han resultado ser en México un negocio rentable para los inversionistas ángeles que están buscando un proyecto en el cual poner sus recursos. Las cifras de inversión de los últimos años avalan que apostar por la inclusión financiera en México ha sido un negocio rentable. No solo para los inversionistas sino también para las startups. Y su presencia es necesaria.
En México, de acuerdo con un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo y por Finnovista, 52% de las fintech de la región ofrecen soluciones orientadas a mejorar los niveles de inclusión financiera. Esta es fundamental para el desarrollo y bienestar de las personas porque les acerca al crecimiento económico, y hace que las fintech en nuestro territorio sean fundamentales.
Sin embargo, el emprendimiento en otros rubros y su consecuente inversión es también una necesidad imperiosa en el país.
El coronavirus puso en evidencia la necesidad de desarrollar tecnología y de invertir en otras industrias, por ejemplo, la de la salud.
Healthtech, una oportunidad que no podemos dejar ir
Antes de la pandemia, el panorama en la industria de la salud ya era de por sí aciago. Las camas en los hospitales ya eran insuficientes y los mexicanos cada vez gastaban más en su salud de sus bolsillos para curarse. Además, las enfermedades no contagiosas –como la diabetes o la hipertensión– ya eran un lastre para los ciudadanos.
Así, la pandemia puso en evidencia que en este tema, nos hace falta mucho. Las necesidades de salud son muchas y los servicios públicos insuficientes.
Ante esto, el campo para innovar es fértil. Según este estudio de Endeavor, los rubros en los que se necesita innovar son en el de los medicamentos y tratamientos; en los recursos humanos –los doctores son insuficientes–; en la infraestructura hospitalaria que es insuficiente y en hacer democrático el acceso a los servicios.
Ya en el contexto de la pandemia, varias startups entraron en acción a atacar esta carencia en la atención pública.
Este el caso de Unima, una healthtech que desarrollaba la prueba rápida de la tuberculosis pero que con la llegada de la COVID-19 comenzó a concentrar esfuerzos en el desarrollo de una prueba rápida que hoy ya se está validando y que se espera comercializar muy próximamente, según documenta un texto de AmericaEconomía.
Pero la realidad también arroja que los emprendedores que se enfrentan a desarrollar soluciones en materia de salud se enfrentan a varias trabas. Entre ellas una sobrerregulación de la industria, una falta de legislación para proyectos innovadores en dispositivos médicos y también a una falta de financiamiento.
Y este último, el financiamiento, es esencial para que los proyectos emprendedores puedan desarrollarse, crecer y tener un futuro a largo plazo.
La pandemia parece haber cambiado el panorama hacia uno más positivo.
De acuerdo con la opinión de varios especialistas, el de la salud es el rubro que próximamente se convertirá en el próximo gran mercado en el que los inversionistas estarán dispuestos a poner sus recursos.
Según Julio Vasconcellos, managing partner de Atlantico, entrevistado por AmericaEconomía, las healthtechs “realmente se acelerarán con esta crisis”. Estas vivirán algo similar a cuando las fintech empezaron a crecer y a recibir financiamiento.
Y esto es una excelente noticia. Ya que el capital de riesgo es clave para que las empresas pasen de la etapa inicial en la que fueron financiadas por fondos propios y puedan lograr ser rentables y escalables.
La industria de la salud es solo un ejemplo. La educación, el aprovechamiento del agua, la contaminación del aire y del agua. Es posible enumerar sin parar los problemas de México que podrían encontrar solución gracias al desarrollo de tecnología y a la suficiente inversión en estos.
Como sea, México necesita emprendedores que desarrollen la tecnología necesaria para los problemas que hoy son evidentes e inversionistas que estén dispuestos a apostar por ellos.
