El compromiso de una profesora con el cambio social y la sostenibilidad ambiental impulsa dos proyectos que buscan transformar la realidad de varias comunidades de Mérida

Desde la educación ambiental hasta la colaboración con Protección Civil, estos proyectos están liderando el camino hacia un futuro más saludable y sostenible para todos, y forman parte del programa "Maestros que dejan huella".

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Feb 19, 2024

En el Instituto Tecnológico de Mérida, Mayanin Asunción Sosa Alcaraz y sus alumnos han demostrado que la innovación con impacto positivo puede surgir desde las aulas para transformar comunidades. Motivados por su compromiso con el medio ambiente y el bienestar comunitario, han llevado a cabo dos proyectos pioneros en su región: “Chispas de cambio” y “Ecorrestaurantes”. 

Estos proyectos, nacidos de una profunda reflexión sobre los desafíos locales, han demostrado que a través de la investigación, la colaboración y la acción directa, la iniciativa y la dedicación pueden ser catalizadores poderosos para contribuir a la sostenibilidad y al progreso en la sociedad.

 

“Uno tiene que enamorarse de las cosas que haces junto con ellos y también hacer que ellos se enamoren, que les guste y que profundicen. Así es como los estudiantes crecen y ayudan a crecer a la sociedad. La colaboración ha sido fundamental. Estoy realmente feliz por ambos equipos, por haber consolidado esta idea. Para mí, acompañarlos también fue un paso de aprendizaje”, asegura la profesora en entrevista con iLab. 

 

 “Chispas de cambio”: Una campaña contra el uso irresponsable de pirotecnia

El uso de pirotecnia provoca 32% de las quemaduras y de estas, provoca el 11% de amputaciones de miembros.

 

Esta iniciativa aborda el desafío del uso irresponsable de la pirotecnia, un problema arraigado en la cultura local de Yucatán. La idea nació de un profundo análisis de los problemas comunitarios, donde los estudiantes identificaron el impacto negativo de los fuegos artificiales en la salud y el medio ambiente.

Es crucial comprender la gravedad de las lesiones provocadas por los fuegos artificiales. Según el Instituto Mexicano de Epidemiología y Prevención de Incendios (IMEPI), las quemaduras asociadas con estos artefactos representan un alarmante 32% de los diagnósticos médicos, con un preocupante 11% que incluye la amputación en mano o dedos. Este dato refleja una realidad desafiante y subraya la necesidad de concienciar sobre los peligros inherentes al uso irresponsable de la pirotecnia.

Además, en la región de Yucatán, los incidentes relacionados con fuegos artificiales han tenido consecuencias fatales. Protección Civil reporta que dos personas perdieron la vida debido a explosiones de pirotecnia, y un evento en Motul dejó a 19 individuos heridos. Estas tragedias no solo impactan directamente a las víctimas y sus familias, sino que también subrayan la urgencia de abordar la seguridad en torno a la manipulación y el uso de fuegos artificiales en eventos festivos y celebraciones.

Aunado a estas preocupaciones, existe una falta generalizada de información entre las familias sobre los riesgos asociados con los fuegos artificiales. Este desconocimiento abarca desde los componentes químicos utilizados en su fabricación hasta los impactos negativos en la salud humana y el medio ambiente. 

La escasez de recursos educativos sobre este tema en las comunidades y regiones contribuye a perpetuar esta situación. Todo esto hace que iniciativas como “Chispas de Cambio”sean tan pertinentes para llenar este vacío informativo y promover prácticas más seguras y responsables en la celebración de eventos festivos. 

La estrategia principal de “Chispas de Cambio” es una campaña digital multifacética. Utilizando plataformas populares como Instagram y TikTok, el equipo difundirá información sobre los riesgos asociados con la pirotecnia y promoverá prácticas más seguras y responsables en la celebración de eventos. 

Además, el proyecto busca establecer alianzas con organizaciones pro-ambientales y Protección Civil para amplificar su mensaje y llegar a un público más amplio.

En este sentido, los estudiantes establecieron un acercamiento con Protección Civil de Yucatán, buscando colaborar en iniciativas destinadas a mejorar la seguridad durante eventos que involucran fuegos artificiales y otros desastres relacionados. El equipo planea trabajar en estrecha colaboración con Protección Civil para desarrollar y ejecutar campañas destinadas a educar al público sobre el uso seguro de los fuegos artificiales, con un enfoque particular en la prevención de accidentes.

Además de su trabajo con Protección Civil, el equipo considera también la posibilidad de colaborar con clínicas u hospitales para proporcionar educación sobre cómo tratar lesiones derivadas de fuegos artificiales y promover medidas preventivas. Este enfoque integral en la concienciación, el apoyo en emergencias y la educación en salud sugiere un compromiso profundo del equipo con la seguridad y el bienestar de la comunidad.

Para construir el proyecto, la profesora y los estudiantes realizaron investigaciones exhaustivas, entrevistando a productores de pirotecnia, expertos en legislación y personas afectadas por accidentes pirotécnicos. Esto les permitió comprender mejor el problema en su totalidad y proponer cambios significativos a través de esta campaña. 

“Siento que ellos crecieron mucho con este proyecto, ya que empezaron a identificar que la exploración y la investigación son muy importantes para poder llegar a hacer cualquier innovación, cualquier nueva idea”, asegura.

 

“Ecorrestaurantes”: Un proyecto que busca la transformación de la gestión de residuos en micro-restaurantes del norte de Mérida 

En Mérida, el 25% de los residuos generados provienen de los restaurantes.

Otro proyecto innovador liderado por la profesora es “Ecorrestaurantes”, diseñado para abordar el manejo inadecuado de residuos en micro-restaurantes locales. Con una visión centrada en la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, este proyecto busca implementar prácticas de gestión de residuos que reduzcan el impacto negativo en el entorno.

Y es que el proyecto Ecorrestaurantes surge en un contexto global donde se reconoce el impacto significativo que el sector de alimentos y bebidas tiene en el medio ambiente. Según un informe técnico de la Comisión Europea, este sector es responsable del 20% al 30% del impacto ambiental de los productos y servicios en Europa. 

Esta preocupación por la sostenibilidad ambiental se refleja también a nivel local, donde el Consejo Consultivo de Cambio Climático de Yucatán señala que el 41% de las micro y pequeñas empresas, incluidos los restaurantes, carecen de conocimientos sobre economía circular y gestión de residuos sólidos. Este dato subraya la necesidad de una intervención para mejorar la gestión ambiental en este sector.

En el ámbito municipal, específicamente en Mérida, en donde esta iniciativa buscará operar, se evidencia que el 25% de los residuos generados provienen de los restaurantes, y un preocupante 8% de los gases de efecto invernadero se atribuyen a los desperdicios de comida. 

Además, la Fundación Alicia revela que entre el 4% y el 10% de los insumos adquiridos por los restaurantes y bares terminan en la basura sin recibir un segundo uso o ser dispuestos para el reciclaje. Este último dato resalta la urgencia de abordar el problema del desperdicio de alimentos y otros recursos en la industria gastronómica.

Ante este panorama, el proyecto Ecorrestaurantes surge como una iniciativa integral para promover la adopción de prácticas sostenibles en los restaurantes de la región. Busca no solo reducir el impacto ambiental de sus operaciones, sino también fomentar una cultura de responsabilidad social y económica en el sector. 

Mediante la implementación de estrategias de economía circular, gestión eficiente de residuos y aprovechamiento de recursos, se pretende transformar la forma en que los restaurantes operan, contribuyendo así a la construcción de un futuro más sostenible para la comunidad y el medio ambiente.

La estrategia de “Ecorrestaurantes” es integral y práctica. Comienza con la capacitación del personal del restaurante en la clasificación adecuada de residuos sólidos, seguida de la implementación de contenedores específicos para diferentes tipos de desechos.

Además, el proyecto buscará establecer vínculos con el municipio, empresas de reciclaje y asociaciones dedicadas a la gestión de residuos para garantizar la disposición adecuada de los desechos y promover la economía circular. Incluso se considera la creación de una membresía que funcionaría como un programa de afiliación o adhesión voluntaria para restaurantes interesados en adoptar prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente en su operación.

Para plantear esta estrategia, los estudiantes involucrados realizaron un análisis detallado de la situación actual en los micro-restaurantes e identificaron áreas de mejora y oportunidades para implementar cambios efectivos, todo esto en compañía de su profesora. 

“He sido testigo de cómo han crecido, desde un inicio parecían dudar de sus capacidades, como si pensaran que no podrían lograrlo. Pero al final, se acercaron a los gerentes, entrevistaron a los meseros, y de repente, ¡sorprendieron! Fue desafiante mantenerlos motivados, pero ver cómo se involucraron y trabajaron juntos mano a mano, me llena de alegría y orgullo. Tienes que estar completamente comprometido, no puedes dejarlos solos”, sostiene la profesora. 

Tanto la profesora como los estudiantes reconocen el potencial de su iniciativa para abordar la gestión de residuos en micro restaurantes, lo que sugiere que podrían expandir su alcance para incluir un mayor número de establecimientos, no solo en Mérida, sino a nivel estatal, y luego, nacional. 

“Este proyecto tiene mucho potencial, no solo para los restaurantes de Mérida, sino para las familias, y mucho más”, asegura Mayanin. 

Este proyecto se enmarca dentro de “Maestros que dejan huella”, una iniciativa promovida por iLab, una consultora de innovación. Su propósito es empoderar a los profesores como agentes de cambio, alentándolos a cultivar en sus alumnos una mentalidad observadora del entorno. El objetivo es que estos estudiantes se conviertan en proponentes activos de soluciones con impacto positivo en la comunidad. Todo esto se lleva a cabo con el respaldo de recursos dedicados a la innovación y el impacto social.

Los proyectos “Chispas de cambio” y “Ecorrestaurantes”, liderados por la profesora y sus alumnos del Instituto Tecnológico de Mérida, representan ejemplos inspiradores de cómo la innovación desde las aulas puede tener un impacto significativo en las comunidades locales. Estas iniciativas, centradas en abordar problemas ambientales y sociales urgentes, destacan por su enfoque pragmático y su capacidad para generar cambios tangibles. 

 

 

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