Combatir la inseguridad alimentaria: María de la Luz Hernández, la profesora que desafía la pobreza con huertos sustentables

Tolimán es uno de los municipios con más rezago social, pero esta profesora está dispuesta a cambiar la realidad alimentaria de miles. Esta es su historia.

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Nov 1, 2023

En Tolimán, más de 16 mil habitantes enfrentan la incertidumbre de no saber si ese día habrá suficiente comida en su mesa. Este municipio de Querétaro es uno de los más pobres y el que más sufre rezago social, lo que implica que además de la precaria alimentación, sus habitantes carecen de servicios básicos como agua, drenaje y energía eléctrica. 

Con 61.6% en la pobreza extrema, esta comunidad se enfrenta a tener las necesidades no cubiertas y a realidades difíciles como travesías a pie de horas para poder obtener tan solo un par de garrafas pequeñas de agua al día. 

Este contexto exige personas dispuestas a no aceptar esta realidad, y María de la Luz Hernández es una de ellas. La profesora de la Universidad Autónoma de Querétaro vio una oportunidad de cambio y, junto con sus alumnos, está llevando a cabo un proyecto que busca resolver uno de los problemas más apremiantes de la región: que las personas puedan acceder a una alimentación adecuada. 

María de la Luz está convencida de que la alimentación es uno de los aspectos más importantes para que las personas puedan tener buena calidad de vida, y a partir de ahí, inspiró a sus alumnos para que caminaran junto con ella este proyecto que durante varios años fue para ella solo un sueño.  

 

“Estoy más que convencida de que la alimentación es fundamental para que el ser humano pueda tener una buena vida, y yo misma lo comprobé a través de una enfermedad que me hizo querer ayudar a las personas a prevenir y no llegar a un hospital como a mí me pasó. A partir de esto creamos una herramienta que facilite a las personas que puedan cuidarse a través de una alimentación saludable”, explica en entrevista con iLab. 

 

De esta manera, se creó Ecocultiva 360, una innovadora iniciativa promete no solo proporcionar acceso a alimentos en el corto plazo, sino también mejorar la economía y el bienestar de la comunidad a medio plazo al permitirles no solo cultivar alimentos para autoconsumo, sino también para en etapas posteriores, hacerlo para comerciar con sus cultivos.

El equipo de la profesora María de la Luz desarrolló un producto asequible que permite el cultivo de vegetales y frutas en viviendas, incluso en espacios limitados. Este es un sistema revolucionario combina huertos verticales y horizontales, conocidos como huertos escalonados, con un sistema de riego en cascada que minimiza el consumo de agua, lo que no solo proporciona una solución de acceso a alimentos, sino que también es amigable con el medio ambiente.

 

“Nosotros queremos con este proyecto alivianar el sufrimiento que tiene la gente y ellos puedan generar sus alimentos en su casa y de una forma fácil. Nuestro invernadero tiene una tecnología de hidroponía que reduce el agua en 90% en comparación con los cultivos tradicionales y está automatizada de manera muy básica, económica, con lo que estaremos previniendo que las personas argumenten que no lo pueden cuidar. Automatizado, solo van a tener que dejarlo ahí para que se dé”, explica.

 

Este proyecto es parte de la iniciativa “Maestros que dejan huella”, un programa diseñado para empoderar a profesores comprometidos, brindándoles las herramientas y la capacitación necesarias para guiar a sus alumnos hacia la creación de soluciones significativas para los problemas que afectan a sus comunidades. 

Impulsado por la consultora de innovación con impacto positivo, iLab, este programa está generando un cambio real: estos jóvenes comprometidos ya han iniciado conversaciones con las autoridades gubernamentales locales y regionales con el objetivo de obtener el respaldo y los recursos necesarios para implementar el proyecto en una escala más grande, y así establecer acuerdos y asociaciones que permitan financiar y apoyar su expansión.

Trabajar de la mano con las autoridades locales es un paso fundamental para asegurarse de que el impacto de Ecocultiva 360 llegue a la mayor cantidad de personas posible en las comunidades en situación de pobreza extrema. 

 

“Estoy realmente entusiasmada por este proyecto y, basándonos en nuestras investigaciones, confío en que lograremos el éxito deseado. Nuestro objetivo inmediato es reducir el alarmante índice de inseguridad alimentaria que afecta a alrededor del 58% de las personas en estas comunidades que enfrentan esta difícil realidad. Nuestro plan es expandir este proyecto a nivel estatal, regional y, finalmente, nacional, lo que constituye un ambicioso y valioso esfuerzo de impacto social”, asegura. 

 

María de la Luz Hernández, es un testimonio de cómo la educación puede trascender las aulas y cambiar vidas. Con más de 25 años de experiencia, su pasión por transformar vidas la llevó a la docencia, y este proyecto es un reflejo de su compromiso con la comunidad y su determinación para dejar una huella duradera.

“Como docentes, es nuestro deber dejar una huella, y no solo nosotros; creo firmemente que cada individuo debe contribuir a dejar su marca en el mundo. El programa nos brinda precisamente la oportunidad de desarrollar proyectos con un impacto significativo en las comunidades y las personas, permitiéndonos verdaderamente plasmar esa huella a la que el proyecto de ‘Maestros que dejan huella’ hace referencia”, asegura. 

 

María de la Luz trabaja codo a codo con sus alumnos para transformar primero a Tolimán, y luego al país entero.

 

Actualmente, los profesores que forman parte de este programa se encuentran, al igual que María de la Luz con sus alumnos, desarrollando proyectos que buscan solucionar problemáticas y transformar comunidades. Las mejores iniciativas serán premiadas con un incentivo económico de 50,000 MXN y serán reconocidas en una ceremonia virtual a llevarse a cabo en enero de 2024. 

La profesora María de la Luz no solo está enseñando a sus alumnos sobre la importancia de la empatía y la acción, sino que también los está capacitando para convertirse en agentes de cambio. Su historia y este proyecto son un recordatorio de que los maestros pueden ser fuentes de inspiración, guiar a las generaciones futuras y desempeñar un papel crucial en la creación de un mundo mejor. 

En su voz, en sus acciones y en su dedicación, podemos encontrar una inspiración duradera, porque, al final del día, cambiar vidas es la lección más importante de todas.

 

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