Desarrollo de producto: 3 señales de que un producto no está funcionando y que hay que innovar

Desarrollar un producto implica estarlo evaluando constantemente y para hacerlo, hay que hacer caso a las señales que apuntan que este necesita un cambio

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Feb 24, 2022
desarrollo de producto

Sacar un producto a la luz no es un proceso sencillo. El desarrollo de producto implica identificar las necesidades del mercado, generar ideas, conceptualizar el producto, hacer un prototipo, lanzarlo y analizar la retroalimentación de los clientes potenciales con los que se está probando.

A veces las cosas funcionan y los productos se convierten en un éxito o al menos en la etapa de prueba dan señales de que están en correspondencia con lo que los consumidores están buscando. Pero en otras ocasiones, apenas se ponen en contacto con las personas, dan pruebas de sus fallas.

¿En dónde está el punto débil del producto? Es importante encontrarlo, seguir preguntando siempre a los usuarios sus comentarios, para poder ir mejorando cada versión.

Para hacer el proceso de desarrollo de producto más fácil, te damos tres señales de que un producto no está funcionando.

 

Está diseñado para hoy, no para mañana

 

El producto funciona hoy, pero hay información pasada y presente que hace pensar que en el futuro probablemente no tendrá un lugar en el mercado.

Uno de los grandes desafíos a la hora del desarrollo de un producto es hacer que este se sincronice con las necesidades del público actual.

Y si bien muchos emprendedores desarrollan su producto pensando en el mercado el que ha de desarrollarse, cometen el error de hacerlo conforme están las cosas hoy, no mañana, explica Moe Kelley en un texto publicado en la Harvard Business Review y titulado “Deciding to Fix or Kill a Problem Product”.

 

“Ninguna innovación sigue siendo innovadora por mucho tiempo. En la telefonía móvil, por ejemplo, las pantallas en blanco y negro dieron paso al color, y así sucesivamente. El líder de la generación anterior se quedó atrás porque las organizaciones de productos subestimaron la velocidad y la magnitud de las transiciones del mercado”, explica ese mismo análisis.

 

Por ello, es muy importante diseñar productos no solo para las condiciones actuales, sino para aquello que puede suceder después.

Analizar el pasado y el presente para con ello hacer conjeturas a futuro es muy útil para crear productos capaces no solo de encajar en los requerimientos que tienen los consumidores hoy, sino también en los que tendrán mañana.

 

Los clientes no lo pueden usar bien

 

La usabilidad es una parte muy importante a la hora del desarrollo de un producto y de que este pueda convertirse o no en un éxito. Quizá estás teniendo visitas a tu página de internet, las personas están interesadas en tu producto, pero a la hora de probarlo, o no lo vuelven a comprar o no te dan buenos comentarios. Entonces eso quiere decir que estás teniendo un problema con el producto, y uno de estos puede ser la usabilidad.

 

“La usabilidad es el segundo principal asesino de nuevos productos y servicios, y el listón es cada vez más alto para lo que hace una gran experiencia de usuario”, explica el texto de la Harvard Business Review.

 

Se le conoce como usabilidad a la facilidad con la que tus usuarios pueden usar tu producto y con qué efectividad pueden lograr sus objetivos al hacerlo. Necesitas averiguar qué tan sencillo le es a tus clientes utilizar tu producto y qué problemas se encuentran en el camino.

“La gente comparará tu producto con las mejores cosas que han experimentado, no solo productos competitivos en su categoría. Pero los productos a menudo no cumplen con estas altas expectativas”, sostiene este texto. Si tu producto está teniendo problemas, probablemente sea porque no es lo que los clientes esperan o porque están teniendo obstáculos para usarlo.

 

No se vende

 

Esta es una de las señales que hay que tomar con cuidado, porque el que un producto no se venda no necesariamente tiene que ver con que no funcione.

En este caso, es probable que los canales de venta no estén funcionando y tus clientes no tengan a la mano tu producto o que los medios de pago sean de difícil acceso o que tenga, por ejemplo.

Sin embargo, también es posible que el producto no esté funcionando y eso haga que no se venda. Por esto, durante el desarrollo de un producto, es importante iterar.

Esto se refiere a la repetición una y otra vez los procesos con el objetivo de llegar al objetivo que se desea. Pero para saber en qué parte del proceso se está fallando, es importante tener retroalimentación con los clientes.

Si tú le preguntas a ellos detalles sobre su experiencia con el producto, te darás cuenta de qué es lo que se tiene que mejorar y te dará una idea de si la disminución de ventas tiene que ver con ello.

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