#Undíasinnosotras: El paro nacional del 9 de marzo con el que las empresas se quedarán sin 40% de su plantilla
Al día, en promedio 10 mujeres mexicanas dejan de existir debido a que son asesinadas.
En México, la violencia de género ha alcanzado sus peores niveles y las mujeres decidieron no quedarse atrás para pedir un alto a través de un paro nacional.
Ni una mujer en las calles ni en el trabajo para este 9 de marzo. #Undiasinnosotras es la propuesta que nació ante la escalada de feminicidios y que hoy se ha convertido en un movimiento a lo largo de toda la República.
Una encuesta realizada por Mercer hace unos días, estima que más de 156 mil mujeres se unirán al paro. Según el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección (CIMAD) citado por varios medios, la protesta paralizará al 40% del personal ocupado en las compañías del país.
Pero, ¿cómo inició este movimiento? El 18 de febrero, el colectivo veracruzano “Brujas del Mar” comenzó a difundir en su Twitter una iniciativa de manifestación nacional denominada #undiasinnosotras. La propuesta era que ninguna mujer participara en sus actividades cotidianas el 9 de marzo. Veracruz es la cuna de la protesta y, por desgracia, no es para nada raro. Es el estado que encabeza la lista de feminicidios en nuestro país.
Pronto, activistas y organizaciones sociales comenzaron a unirse a la propuesta. Incluso el hashtag #undiasinnosotras empezó una carrera en la lista de trending topics que duró varios días posteriores.
El paro nacional que propone “un día sin mujeres” no es una protesta nueva, al menos no en el mundo. El 24 de octubre de 1975, las mujeres islandesas fueron las primeras. Marcaron camino en este tipo de protestas a favor de los derechos de la mujer.
Ese día, los negocios no abrieron ni las fábricas funcionaron en la isla; incluso no se pudieron imprimir ni los periódicos porque la tipografía corría a cargo de mujeres, las cuales también se unieron al paro nacional, según cuenta El País.
El paro nacional costará millones
Otros países como Argentina o Estados Unidos han emulado la protesta en años anteriores. En esta ocasión y por vez primera, México formará parte de la historia por la lucha de los derechos de la mujer.
Más allá de lo simbólico y necesario que es la protesta en un país como México que se ha llenado de fosas en las últimas décadas, esta protesta del 9 de marzo calará en lo más profundo del país: en su aparato productivo.
Sin las mujeres, México se quedará sin alrededor de la mitad de su fuerza laboral. Y esto costará mucho dinero.
Según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (Concanaco), el paro del 9 de marzo va a costarle a México más de 26 mil millones de pesos. Incluso esa confederación aseguró que no promovería el paro entre las 256 cámaras de comercio y 650 delegaciones que tiene en todo el país. Sin embargo, que respetaba el derecho de las mujeres a sumarse.
Algunas empresas han apoyado al movimiento
Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana, la más grande del país, se sumó y solidarizó con la exigencia nacional. En este sentido, recomendó a 36 mil empresas socias de todo el país “respetar y garantizar la voluntad y libertad de las mujeres” que decidan ausentarse de su labores. Esto con goce de sueldo y “sin ninguna repercusión”.
Según la encuesta de Mercer, 63% de las organizaciones apoyan la iniciativa de que ninguna mujer realice actividades productivas o salga a la calle.
Hasta ahora, empresas como Grupo Imagen, HSBC, Walmex, Google México y Grupo Salinas se han solidarizado con #undiasinnosotras.
Por su parte, una encuesta de la Asociación Mexicana de Recursos Humanos (Amedirh) es más modesta. Este conteo recogió que 56% de las empresas sí cuentan con un plan para apoyar el paro. Sin embargo, solo 50% permitirá la ausencia de las mujeres trabajadoras. Mientras, 15% ofrecerá la opción de hacer trabajo en casa y 8% dará el día a cuenta de vacaciones.
El 9 de marzo las empresas perderán millones pero, en el mejor de los casos, las mujeres ganarán libertad y voz en el sistema que lleva toda una vida reconociéndoles menos derechos que a los hombres.