Enclavados en la región montañosa de Oaxaca, un equipo de estudiantes, liderados por la profesora Laura Isabel Méndez, está creando una historia de sustentabilidad a través de un proyecto en biotecnología vegetal, conocido como Yhüu lach’, el cual busca conservar especies nativas de agave a la vez que detiene su depredación y el impacto ambiental que genera su cultivo.
Este equipo, con la misión clara de conservar especies de plantas y promover el uso adecuado de los recursos naturales, se embarcó en la producción de plantas mediante el cultivo in vitro y micropropagación, especializándose en especies de maguey nativas de la región.
Yhüu lach aborda distintas problemáticas relacionadas principalmente con la elaboración del mezcal, tales como la depredación de especies de agave silvestres, la protección de especies relacionadas con esta planta, la necesidad de domesticación de otras especies más conocidas y el uso responsable de los recursos naturales para cultivar el agave.
La problemática a la que se enfrenta el agave es compleja, y por ello este proyecto se ha preocupado por abarcarla por distintos ángulos. Por un lado, la creciente demanda de mezcal ha llevado a una disminución significativa de especies silvestres de agave como Tóbala, jabalí, Arroqueño, Cuishe y Tepeztate, afectando no solo a las especies de agave en sí, sino también teniendo un impacto colateral en otras especies dependientes de ellas, como abejas y murciélagos que utilizan el maguey como sustento y hábitat.
Además, este proyecto también se enfrenta al desafío de la necesidad de domesticación de otras especies de agave para su producción agrícola. Estas plantas silvestres presentan dificultades en la obtención de material vegetal debido a su baja viabilidad en semillas y la escasa disponibilidad de hijuelos a lo largo del año.
Ante todas estas problemáticas, el proyecto busca producir plantas in vitro que puedan aliviar la escasez, evitar la depredación y así cuidar el ambiente a la hora de cultivar esta planta, al proporcionar alternativas sostenibles a los agricultores, especialmente a aquellos de comunidades originarias. La agricultura regenerativa se convierte en una herramienta fundamental para mejorar los ecosistemas, conservar el agua y mitigar los efectos del cambio climático.
Al proporcionar insumos para la producción de mezcal de manera más sustentable, esta iniciativa evitará la depredación y aborda el uso ineficiente de los recursos naturales en la producción de mezcal, especialmente la deforestación para obtener leña. Esta práctica conlleva consecuencias graves, como la pérdida de hábitat para especies silvestres endémicas, como la lagartija escamosa de cola larga en México.
Además, la deforestación contribuye al cambio climático al alterar la estructura y composición de las especies vegetales en los ecosistemas, afectando procesos naturales como el balance de agua.
En este camino, Laura ha establecido contacto con otros docentes de Oaxaca para compartir la iniciativa, generando interés de maestros de diferentes disciplinas que ya se encuentran trabajando para poder replicarla en sus localidades.
«Muchos estamos acostumbrados a construir islas de conocimiento, cuando, en realidad, podríamos llevarlo más allá y compartirlo con otras instituciones en el Estado de Oaxaca y en diferentes lugares y así construir redes. Es momento de comenzar a abordar la preocupación por el cambio climático y aunque como institución pequeña no podemos realizar un cambio radical por nosotros mismos, sí podemos contribuir de manera significativa compartiendo el conocimiento», sostiene la profesora.
Yhüu lach’ nació de la visión de un grupo de estudiantes y su creatividad se tradujo en la creación de un cambio significativo en la forma de ver la producción de mezcal y su relación con el medio ambiente. Este proyecto surgió en respuesta a una convocatoria de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2021, y cobró impulso y desarrollo al formar parte de la convocatoria “Maestros que dejan huella”, de la consultora iLab.
Este trabajo se integra en el programa ‘Maestros que dejan huella’, una iniciativa respaldada por la consultora de innovación, iLab. Su propósito es empoderar a los profesores para que actúen como agentes de cambio, fomentando la capacidad de sus alumnos para observar su entorno y proponer soluciones que generen un impacto positivo en la comunidad. Todo esto se realiza con el respaldo de recursos dedicados a la innovación y al impacto social.
La importancia del mezcal
En la región, el mezcal no solo representa una bebida tradicional, sino que se ha arraigado profundamente en la identidad cultural de las comunidades. A través de generaciones, la producción de mezcal ha sido transmitida como una herencia, desde bisabuelos hasta padres e hijos que hoy siguen dedicándose a esta práctica ancestral.
Así, la actividad mezcalera no es simplemente una fuente de ingresos, es un lazo cultural que une a las comunidades zapotecas, mixtecas y chinantecas que habitan la región, por lo que el mezcal se ha convertido en un símbolo de identidad, representando la historia y el arraigo de estas comunidades a sus tradiciones y a la tierra que cultivan.
Por todo esto, la preocupación por preservar las especies silvestres de agave utilizadas en la producción de mezcal no solo está impulsada por motivos ambientales, sino también por la importancia cultural de esta bebida en la vida de las personas de la región.
«El mezcal forma parte fundamental de la identidad cultural arraigada en la región de Oaxaca. En este contexto, las diversas comunidades originarias encuentran un vínculo profundo con el mezcal, y refleja no solo su identidad cultural, sino también su esencia como individuos, convirtiéndose en una manifestación auténtica y significativa de su ser», explica la profesora.
En el desarrollo del proyecto, el equipo ha demostrado eficiencia en el uso de recursos mediante prácticas sostenibles. La recolección de frascos, reutilización de materiales y colaboración con la comunidad han sido clave. Adoptaron una política de reutilización, recibieron donaciones y aprovecharon recursos locales.
Este enfoque no solo redujo costos, sino que también ha fomentado una conciencia comunitaria sobre la importancia de preservar los recursos naturales. El equipo destaca cómo pequeñas acciones, como la reutilización de frascos, pueden tener un impacto significativo en proyectos científicos y agrícolas, generando beneficios tanto para el medio ambiente como para la comunidad.
“Ha sido un trabajo no solo de los estudiantes sino también de la comunidad, lo que ha hecho a este proyecto aún más bonito e inspirador. Me preguntan por el proyecto y cómo va avanzando. Eso te genera más entusiasmo a ti como profesor y te impulsa a seguir avanzando”, asegura Laura.
Más que un proyecto científico, Yhüu lach se ha convertido en una comunidad unida, donde la colaboración y la pasión por el cambio se entrelazan. El equipo multidisciplinario no solo está enfocado en la investigación y producción, sino que también está comprometido con la educación y concientización de los productores y comunidades locales.
A pesar de los desafíos económicos, el equipo ha demostrado la resiliencia suficiente para seguir adelante y buscar soluciones creativas y fomentar la cooperación comunitaria. Desde recolectar frascos de vidrio hasta recibir donaciones de semillas, cada pequeña contribución suma en la construcción de un proyecto que va más allá de lo académico.
Cada planta que crece en los laboratorios donde se trabaja este proyecto es un paso hacia un cambio positivo y una inspiración para aquellos que creen en la posibilidad de un futuro mejor.
Con Yhüu lach’, el mezcal no es solo una bebida; es un vínculo entre la tradición, la innovación y el respeto por la tierra que lo ve crecer. Este equipo nos recuerda que, al cuidar de la naturaleza, cosechamos más que solo plantas; cosechamos un legado de responsabilidad y conexión con nuestro entorno.