Un proyecto de softcombat y un museo virtual liderados por una profesora consciente del bienestar mental buscan combatir los trastornos mentales y fomentar el bienestar entre los jóvenes

Los trastornos mentales entre los jóvenes van en aumento, y estos dos proyectos buscan combatirlos a través de la creatividad. Ambas iniciativas forman parte de "Maestros que dejan huella", un programa que empodera profesores para formar a sus estudiantes a convertirse en agentes de cambio.

Mariana F. Maldonado

Periodista especializada en innovación.
Mar 12, 2024

En un contexto donde la salud mental de los estudiantes universitarios se ha vuelto una preocupación creciente, surge una respuesta innovadora desde el seno de la Universidad del Valle de México (UVM) en Monterrey Norte. Dos proyectos destacan por su enfoque en mejorar el bienestar emocional de la comunidad estudiantil: el Museo Virtual de Intervenciones Universitario y el proyecto de softcombat que involucra la creación del grupo Quetzalcóatl. 

Tan solo en América Latina, cerca de 16 millones de adolescentes entre 10 y 19 años viven con algún trastorno mental, lo que representa aproximadamente el 15% de la población en ese rango de edad, según revela el último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). 

Esta cifra subraya la importancia de abordar las necesidades de salud mental en esta etapa crucial del desarrollo, destacando la urgencia de implementar estrategias efectivas y accesibles para apoyar el bienestar emocional de los jóvenes en la región.

En este sentido, estos dos proyectos, aunque parezcan tener objetivos dispares a simple vista, ambos comparten una visión común: promover la salud mental y el bienestar de los estudiantes a través de enfoques creativos, lo cual en estos tiempos, es un imperativo para mantener la salud mental de los jóvenes.

«Queremos que México se fortalezca a través de una juventud saludable, tanto física como mentalmente», afirma María Martha Margarita Silva González, la docente creadora de estos dos proyectos. Esta profesora asegura que ambas iniciativas buscan fomentar la unión y el compañerismo de los jóvenes, y que ambas son solo el comienzo. “Esperamos inspirar a otros a soñar en grande y trabajar juntos para crear un futuro mejor para todos”, asegura en entrevista con iLab. 

 

Softcombat para mejorar el bienestar psicológico 

Esta disciplina mejora, entre otras cosas, la convivencia y la colaboración con los otros.

Bajo la guía de María, el softcombat se ha convertido en mucho más que un simple deporte y se ha transformado en una poderosa herramienta para promover la salud mental, la integración social y el crecimiento personal.

El softcombat es un deporte en el que dos o más combatientes se enfrentan entre sí utilizando armas acolchadas que simulan armas blancas, contundentes o arrojadizas de distintas épocas.

Esta profesora, a través de su propia práctica, ha encontrado que la realización de este deporte ofrece a los jóvenes un espacio seguro donde pueden ser ellos mismos y encontrar apoyo mutuo, y es por ello que ha decidido formar el grupo Quetzalcóatl.

“Personalmente, experimenté cómo esta actividad, comúnmente asociada con juegos para convenciones o entretenimiento infantil, puede ser mucho más. Descubrí su potencial para la educación, la promoción cultural, el arte marcial y, especialmente, para mejorar la salud mental y fortalecer el tejido social. Es crucial que reconozcamos y aprovechemos estas oportunidades para generar un impacto significativo en nuestra comunidad”, explica la docente. 

Impulsado también por el interés de los propios alumnos que participan, este proyecto combina el entretenimiento con la promoción de habilidades para la gestión del estrés y el fomento de la integración comunitaria. A través de encuentros regulares y sesiones de entrenamiento, los estudiantes participantes tienen la oportunidad de liberar tensiones de manera segura y saludable, al tiempo que fortalecen vínculos sociales y adquieren herramientas para afrontar los desafíos emocionales del entorno universitario. 

A través de entrevistas semi estructuradas, María y su equipo han descubierto el impacto positivo que el deporte ha tenido en la vida de los participantes, desde mejorar la autoestima hasta superar la depresión y la ideación suicida. En un futuro, la docente espera poder analizar otras variables, como el optimismo o la empatía de los participantes. 

“Los resultados han demostrado que este deporte puede ayudar incluso a jóvenes que ya han intentado quitarse la vida y a personas con depresión y aislamiento social”, explica la docente. 

Estos hallazgos adquieren especial relevancia en un contexto marcado por la pandemia, donde el distanciamiento social y el aislamiento han impactado negativamente en la salud mental de muchas personas, asegura la profesora. En este sentido, el softcombat, al proporcionar un espacio de interacción social, recreación y ejercicio físico, ha demostrado ser una herramienta valiosa para contrarrestar los efectos adversos de la pandemia y promover el bienestar emocional y social de sus practicantes.

“Ha valido la pena porque le estamos dando a las personas algo un lugar en donde ellos se pueden desenvolver y sentirse aceptados, aprender y también crecer”, asegura.  

María espera continuar el proyecto de softcombat y expandirlo a todos los campus de la Universidad del Valle de México (UVM) en el país. Para lograr este objetivo, planea aprovechar su posición como investigadora postdoctoral para viajar a diferentes estados y campus y, a través del trabajo de campo, ampliar la investigación sobre los efectos positivos adicionales del softcombat. Esto con el objetivo de fomentar en un futuro nuevas investigaciones que puedan contribuir al desarrollo y la difusión de esta práctica como una herramienta para mejorar la salud mental. 

 

Un museo virtual como una manera de reconocer el trabajo estudiantil y mejorar la salud mental 

 

María ha trabajado codo a codo con los estudiantes para desarrollar ambos proyectos.

 

El Museo Virtual de Intervenciones Universitario surgió como una iniciativa pionera y es concebido como un espacio digital innovador que busca consolidar y difundir diversos conceptos relacionados con la salud mental, multidisciplinas y la vida universitaria. 

Desde su creación, María y el equipo detrás de este museo virtual han trabajado para crear una plataforma interactiva que permita exhibir proyectos estudiantiles, portafolios curriculares y eventos universitarios.

Además de su enfoque en la exhibición y la difusión del trabajo estudiantil, el Museo Virtual también tiene como objetivo fomentar la concientización sobre temas relacionados con la salud mental. Se espera que el museo sirva como un recurso educativo que proporcione información y recursos para ayudar a los estudiantes a identificar y abordar problemas como la depresión, la ansiedad y el estrés.

Actualmente, un equipo de aproximadamente 20 alumnos de servicio social está trabajando en el diseño de la interfaz, el contenido y la programación del sitio. Aunque aún no se ha mostrado una implementación completa, se están integrando elementos gráficos y mecánicas de interfaz en modelos preliminares, y se espera que el Museo Virtual de Intervenciones Universitario esté listo para su lanzamiento como prototipo hacia el final del ciclo, alrededor de mayo o junio

«En otras universidades, los servicios estudiantiles suelen limitarse a tareas como sacar copias o ordenar papelería, con pocas oportunidades para prácticas más significativas. Aquí ellos han podido desarrollar este proyecto y se han desenvuelto muy bien, estoy orgullosa de ellos», asegura María. 

Aunque aparentemente distintos en sus enfoques, tanto el Museo Virtual de Intervenciones Universitario como el proyecto de softcombat comparten el mismo propósito subyacente: proporcionar a los estudiantes recursos y experiencias que promuevan su bienestar emocional y su sentido de comunidad. 

Estas iniciativas se enmarcan dentro de “Maestros que dejan huella”, una iniciativa promovida por iLab, una consultora de innovación. Su propósito es empoderar a los profesores como agentes de cambio, alentándolos a cultivar en sus alumnos una mentalidad observadora del entorno. El objetivo es que estos estudiantes se conviertan en proponentes activos de soluciones con impacto positivo en la comunidad. Todo esto se lleva a cabo con el respaldo de recursos dedicados a la innovación y el impacto social.

 

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